PUEBLA, MÉXICO.- Su labor como fotoperiodista a nivel nacional ha mantenido a Rosaura Pozos en constante movimiento, recorriendo caminos, mirando paisajes, atravesando contextos para capturarlos y mantenerlos quietos en una imagen. En movimiento, esa es su forma de crear.
“Me considero caminante, a partir de esta actividad en la que he estado desde que recuerdo, que tuve la decisión y libertad de hacerlo, a partir de eso es que yo creo, a partir de caminar, a partir de mirar, a partir de la relación con mi contexto”, expresó la fotógrafa.
No obstante, el 2020 enmarcado en la pandemia de Covid-19 le planteó un nuevo reto: ante la imposibilidad de salir a recorrer el mundo, crear en el reposo. De este modo, frente a la necesidad de expresarse, la artista visual encontró otra forma de comunicarse: con imágenes a través de la palabra, la poesía.
“Este libro surge de una revisión precisamente ahora que tuvimos que quedarnos quietos, y esa necesidad de caminar tanto como antes”.
Fue así como la poblana Rosaura Pozos Villanueva se abrió paso en el universo de la escritura, un camino que resultó fructífero desde el inicio, pues su primera obra Una línea de horizonte resultó ganadora del Primer Lugar en el concurso literario Letras Confinadas (2020) de la Secretaría de Cultura, en la categoría de Poesía.
El poemario de 85 páginas, es el relato de una adolescente, joven, mujer, fotógrafa y poeta, quien por medio de la espontaneidad, la reflexión y el cuestionamiento interno, hace el recuento de su vida y su conciencia con miras a un sólo propósito, la afirmación de sí misma.
A decir de la poeta de la imagen, ganadora del Segundo lugar en el XXIV Concurso de Fotografía Antropológica “El Juego en México” (2004), en su obra hizo un viaje a la memoria para reconocer parte de su identidad, ya había estado instalada en una forma de vivir “siempre hacia afuera, siempre buscando a los demás”.
“Bueno, mi trabajo creativo tiene que ver con los demás, pero ¿dónde estoy yo? (…). Entonces, quedarme sin esa movilidad inició esta reflexión y empecé a hacer este viaje a la memoria como una búsqueda de mi propia identidad”.
Al reconocer que descubrió que su identidad partía de una “forma de vida”, señaló que comenzó a descubrir e identificar sus habilidades para transmitir emociones también a partir de las palabras y no sólo de imágenes.
Rosaura Pozos mencionó que la obra ayudará al lector a hacer los mismos cuestionamientos que ella se hizo durante la creación de la obra.
“¿Hasta dónde nos construimos nosotros mismos o hasta dónde nos construyen los contextos, los demás, las circunstancias en las que vivimos. Realmente nos construimos a nosotros mismos?”.
Una línea de horizonte está conformado por más de cincuenta poemas breves, pero a decir de su autora, la forma ideal de leerlo es como un solo poema en forma ordenada de principio a fin, para continuar el mismo recorrido que ella hizo por lugares, contextos y elementos de su personalidad que encontró en su memoria.
“A mí me gusta mucho decírselo a los lectores, ojalá lo lean así como un solo poema, porque a veces tenemos la idea de abrir un libro, leer un fragmento y hacer una valoración. Ojalá lo puedan leer así y hacer ese mismo recorrido que yo hice”.
TRAYECTORIA
Licenciada en Ciencias de la Comunicación (Producción Audiovisual) por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), gracias a sus proyectos fotográficos Rosaura Pozos Villanueva fue beneficiada por programas como el Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico; el de Intercambio de Residencias Artísticas y Jóvenes Creadores.
Además de haber formado parte como fotoperiodista de medios de circulación nacional, su obra ha sido reconocida en certámenes nacionales e internacionales como el el WorldWild Photography Gala Awards, donde obtuvo una Mención de Honor; el 14 Premio “Julia Margaret Cameron”; y menciones especiales los certámenes fotográficos “Los Migrantes, un rostro de México” y el XXII Concurso de Fotografía Antropológica “El Quehacer diario”.