MÉXICO.- Calificado por Cristina Rivera Garza, su autora, como un libro activista, El invencible verano de Liliana fue presentado en línea por el Centro Cultural Tijuana, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, dentro del ciclo literario “Conversando con…”.
Doctora en Historia Latinoamericana por la Universidad de Houston, Cristina Rivera Garza refirió la intricada génesis de este libro, cuyo núcleo es el feminicidio de que fue víctima su hermana Liliana: “Intenté escribirlo muchas veces y en cada una de esas veces había fracasado, algunas rotundamente y otras no tanto, pero finalmente no lograba dar con el libro que yo quería escribir”, relató.
El asesinato de su hermana, hace tres décadas, detonó en la escritora y socióloga la ansiedad por contar esa historia, pero no fue sino hasta 2020 que pudo encontrar un hilo conductor en archivos familiares: “Cuando finalmente abrí las cajas donde hace 30 años guardamos las pertenencias de mi hermana, me topé con ese archivo maravilloso y supe que finalmente iba a poder escribir este libro”, reveló.
La protagonista y al mismo tiempo, por la forma en que está estructurado, coautora del libro, fue asesinada el 16 de junio de 1990. “Liliana Rivera Garza, mi hermana menor, fue víctima de un feminicidio, el sistema de justicia mexicano consideró que tenía suficiente evidencia para girar una orden de aprehensión contra Ángel González Ramos, pero escapó y nunca ha pasado por ningún juicio”, revelo con entereza la escritora.
Mediante cartas personales, mensajes y textos diversos, la escritora ha logrado traer de regreso a la vida a su hermana, es por eso “un libro muy activista, un libro que está tratando de que se complete la justicia y que Ángel González Ramos pague por las consecuencias de su crimen”, manifestó la autora de “La muerte me da”, novela ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2009.
“Uno intenta escribir por tantas veces los libros que hay que contar el tiempo desde que uno pensó y escribió borradores, archivos guardadores de cosas que intentamos hacer y que nunca llegaron a su fin”, reflexionó Rivera Garza al hablar de los 30 años que le tomó publicar “El invencible verano de Liliana”.
Describió la meticulosidad con que trabajó en este volumen: “justo en enero de 2020, antes de que nos prohibieran viajar por la pandemia, fui a casa de mis padres y finalmente abrimos las cajas dónde estaban las pertenencias de mi hermana, tomé todos esos documentos, los puse en una maleta y regresé a casa, estuve leyéndolos con mucho cuidado, los clasifiqué, los transcribí todos para que no se me escapara ni una frase, ni una coma”.
Su esposo, refirió, se convirtió en un detective amateur que se abocó a localizar a los amigos, compañeros de universidad y demás personas que acompañaron a Liliana en sus últimos años como estudiante de arquitectura en la UAM Azcapotzalco y gracias a una serie de entrevistas pudo dar forma a esta denuncia que a muchos involucra.
“Este es un libro realmente colectivo que pude hacer gracias a la memoria y la generosidad de todos esos amigos, colegas, familiares, que contribuyeron con su memoria y con su tiempo para que esta presencia, este retrato de Liliana sea restituido entre nosotros, donde debe estar” sentenció la escritora.
A la serie de entrevistas que sostuvo para armar su libro, Cristina Rivera Garza sumó la consabida investigación de campo que caracteriza su escritura; “fui al área de Azcapotzalco donde ocurrió el crimen, anduve por ahí caminando por sus barrios y al tiempo que empecé el proceso legal para conseguir el expediente judicial del asesinato de mi hermana, inicié este libro en un recorrido a través de los pasillos de la justicia”.
TODOS LOS LIBROS ESTÁN COMPROMETIDOS CON ALGO
Rivera Garza, quien ha sido catedrática en la UNAM, la Universidad Autónoma del Estado de México y San Diego State University, replicó: “Me da mucho gusto que [el libro de Liliana] llame la atención, está escrito en coautoría con mi hermana, como lo digo ahí, pues viendo su archivo me di cuenta que era una escritora, una grafómana, escribía todo el tiempo, en el libro digo que en esa época la verdadera escritora de la familia era ella, porque seguramente escribía más que yo”.
“Una parte amplia de este texto tiene su voz”, insistió la narradora, “me da mucho gusto especialmente que este libro esté siendo abrazado por sus lectores y se convierta en parte de la conversación pública; es un libro con mucho dolor, con mucha rabia y con mucha necesidad de justicia”.
Cristina Rivera fue categórica al señalar que siempre ha creído que “todos los libros están comprometidos con algo, algunos con la cobardía, otros le apuestan a que las cosas sigan como están y otros libros nos convocan a pensar e imaginar otro tipo de mundo, y a mí me gustaría pensar que los míos son de estos últimos”.
Tras señalar que los libros le han ayudado a ver el mundo de manera crítica, Rivera Garza consideró que “El invencible verano de Liliana” fue escrito gracias en gran parte a las luchas feministas que han sembrado una tradición muy larga en el país, “las feministas, tanto las de antes como las recientes legítimamente enrabiadas que toman las plazas públicas, han producido el lenguaje que ahora puedo usar para contar la historia de mi hermana sin traicionarla, sin convertirla en culpable”.
Y añadió: “Es el lenguaje del patriarcado que nos ha obligado constantemente a culpar a la víctima y a exonerar al perpetrador de la violencia; ojalá que este libro ayude para que otras historias se articulen para seguir contando en toda su complejidad, sin estereotipos, las vidas luminosas, densas, complejas, de tantas mujeres que nos ha arrebatado la violencia”.