MÉXICO.- Desde Brasil hasta Argentina, pasando por Uruguay, subiendo el territorio latinoamericano hasta cruzar por el norte del continente en México para llegar a su natal Culiacán, Sinaloa. Ese es el recorrido que hicieron Cristina Rascón y su personaje Lucía para rastrear sus raíces en una especie de viaje interno y luego exponerse, a sí misma, de una forma muy poética.
Así es como explicó el editor y traductor Mauricio Bares el libro Mi patagonia, la nueva obra de Cristina Rascón que sale bajo el sello editorial que él preside, Nitro Press, y el cual tuvo su primera presentación este martes de forma virtual tras ver retraso en su difusión a causa de la pandemia.
La obra, presentada con el apoyo de la secretaría de Cultura de Sinaloa, se define como “un viaje interminable en el que el constante movimiento echa raíces, los aeropuertos son hogar y la exquisita prosa de la autora se convierte en una geografía apasionante en la que su yo dialoga con la otredad para entender quiénes somos, en dónde estamos y en qué nos hemos convertid”.
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Durante el conversatorio en línea, Cristina Rascón, maestra en Política Pública por la Universidad de Osaka (Japón), mencionó que con Mi patagonia buscó escribir sobre la confrontación de la mexicanidad en Brasil: “mi encuentro en Brasil fue una raíz que casi no visitamos al menos los norteños de México, la negritud, y tengo la inclinación de, en cada cultura en la que me inserto, me transformo un poco para entender lo que me está rodeando”.
La traductora de poesía japonesa explicó que la obra comenzó como una especie de bitácora entre los años 2012 y 2013, cuando viajó por un periodo de dos meses a Brasil como parte de un proyecto en el cual buscaba transportar los ritmos musicales y dancísticos de las culturas originarias hacia el texto, mismas que seis años después encontraron en la crónica el estilo ideal para plantearlo.
“Yo no les hallaba forma, pensé que eran cuentos y cada año lo retomaba, jamás pensé en una novela, y cada año lo retomaba y lo dejaba hasta que empecé a leer crónica periodística, ficcional, incluso películas sobre viajeros y dije: ‘esto es, tiene que ser ficción porque tengo la libertad'”, dijo la economista de profesión.
Tras ello surgió Lucía, el personaje ficcional de Cristina, una apasionada por el lenguaje, la construcción de los lenguajes, la traducción y quien hizo un viaje ascendente, geográficamente hablando, desde Brasil, Argentina, Uruguay para llegar a México y concluir en Culiacán, Sinaloa para “descubrir Sudamérica con los ojos del norte de México”, añadió la también profesora de la Sogem y de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Por su parte, el escritor Luis Felipe Lomelí explicó que en la obra el lector no se va a encontrar con lo que se esperaría encontrar en las autobiografías pop, accesibles, de la literatura trasnacional o en una de las “típicas novelas auto ficcionales de viajes promocionadas como best sellers literarios”, sino una serie de crónicas o cuentos engarzados donde la aura se encuentra con sus propios anhelos, miedos y prejuicios.
“‘Es un libro donde la coraje es una mujer, la viaje es una mujer, la origen, la lenguaje, los sustantivos que anhelo ser, son del género femenino aquí’, lo cual en el mundo actual de la literatura accesible es invaluable”.