PUEBLA, MÉXICO.- Como si se tratara de una reunión en ‘la pecera’ a la que asisten reporteros y editores en todas las redacciones del país, Carlos René Padilla y yo acordamos una llamada telefónica para hablar de las 7 Jornadas de Novela Negra, su libro Hércules en el desierto (NITRO/PRESS, 2020) y su trabajo como periodista, el cual se distingue por el uso de la fragmentación, donde el reportero transita la zona de guerra con una libreta y bolígrafo en mano como extensión bélica, redacta la nota con la marca del deadline para mandarla, al fin, al jefe de información. Luego de eso, el reportero vuelve a casa con las imágenes vivas de la masacre.
En una escena de Tequila para el trago amargo recuerda una visita a los padres del reportero “Siempre me preguntan sobre el trabajo. Que si es cierto lo que dicen los periódicos. Yo tengo que sonreír para no preocuparlos, minimizar la situación. Algunos reporteros son muy escandalosos, amá, no es para tanto, ustedes ni se fijen. Pero por dentro sé que es para más, porque no toda la muerte es nota, ni toda la sangre es roja”.
Nacido en Agua Prieta, Sonora, Carlos René trabajó en los periódicos Expreso y El Imparcial. Su mirada aguda es prueba en papel de la violencia que azota la región y se suma al páramo narrado por el escritor chileno, Roberto Bolaño, en la obra que le valió el Premio Herralde de novela en 1998.
Bajo la premisa de que las muertes no son sólo una cifra, en la escritura de Padilla observamos los tópicos del periodismo desde el campo de batalla. El escritor ganó el Concurso Libro Sonorense 2015 en el género de novela con Amorcito Corazón (NITRO/PRESS, 2016) y el Concurso Nacional de Novela Negra ‘Una Vuelta de Tuerca’ 2016 con “Yo soy Espáiderman”, publicado bajo el título Yo soy el Araña por Reservoir Books en 2019.
LA OBRA
Hércules en el desierto es un libro que se puede leer como crónica o novela, muestra doce historias de un reportero, donde la personificación, el disfraz, el espionaje son punta de lanza para atacar desde otros flancos, tienen su raíz en la época reporteril del autor y funciona como una contraparte del libro No toda la sangre es roja, editado también por NITRO/PRES, en este caso, se trata de hacer el lado be del reportero ya que el humor ronda las historias.
El autor, quien además compara cada investigación con los trabajos imposibles encomendados a Hércules para probar su fuerza y su inteligencia, abundó:
“Me tocó vestirme de policía para comprobar las ‘mordidas’; vestirme de prostituto masculino para conocer ese mundo; también de minusválido para demostrar que tan jodidos estamos en cuestión de infraestructura en la ciudad, por ejemplo, un recorrido que a pie normalmente hacemos en 5 o 10 minutos, en silla de ruedas me llevó casi 3 horas; estuve como rehabilitado de un lugar de drogadicción y salía a pedir dinero, eran ese tipo de trabajos; lo que buscaba era un ángulo diferente ya que muchas veces al momento de entrevistar a alguien el entrevistado no profundiza en muchas cosas; sin embargo, al momento de estar en su área laboral el enfoque es distinto. Por ejemplo, me tocó hacer una investigación sobre los recolectores de basura.
Aquí en Sonora entran a trabajar a las 4 de la mañana debido a que el calor brutal se vuelve un horno de olores, entonces lo que hacen los trabajadores es, puntualmente, comenzar a esa hora, hasta que hice un recorrido completo con ellos pude entender la chinga que se pegaban, desde mi lado de entrevistador hubiera preguntado, quizá, ¿oiga es una chinga este trabajo?, la respuesta clara habría sido, sí es una chinga y hasta ahí, pero la experiencia nos permite enterarnos de más cosas”.
Ahí veo algo, Carlos, precisamente el modo de priorizar la experiencia en cada una de estas historias. “Claro, se trata de contarlos desde otra arista, es lo que sucedió con Hércules, hacer la simbiosis de los trabajos imposibles que le asignaron en el desierto acá en Sonora y verlo cómo va evolucionando, ahí encontré un corpus literario con estas doce crónicas que conforman el libro”.
“El periodismo es un oficio que muchos sueñan con ejercer alguna vez, romantizado por películas que nos venden en Hollywood pero que, al momento de empezar a patear las calles bajo un clima inclemente, horas de mal pasadas, ver injusticias en primera fila y donde todo se vuelve competencia para destacar la misma nota sobre los demás, no todos lo soportan”. Sobre esta cita, me parece que hay un tema de suma importancia, sobre todo para los que hemos dedicado tiempo en las redacciones, ¿cuál es la apreciación que tienes del periodismo como industria?
“Justo me sirvió la escritura de este libro para colocar a un narrador en primera persona, si algo tiene jodido al periodismo son los dueños de los periódicos, es algo muy extraño, yo en el periódico en el que trabajaba, todos los años entraban a concursar a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entonces te daban tu medalla por tu crónica, por una gran cobertura, pero también es cierto que los dueños de los periódicos priorizan la publicidad, sin empacho alguno quitan una nota, ellos están más contentos si hubiera más publicidad en lugar de notas. Se empezaron a quejar conforme fueron creciendo las plataformas digitales de que la gente ya no compraba el periódico, pero la verdad es que si se ha dejado de hacer es porque las notas publicadas ya las has visto, no existía otro ángulo. En vez de apostar por el trabajo de los reporteros, por sus reportajes de profundidad, quieren irse con lo inmediato, lo cual ha sido causa de su desaparición. Lo que podría salvar al periódico impreso es el periodismo: trabajos de investigación e historias contadas desde otro lugar. En estos momentos, hacer periodismo en México es ser kamikaze, no sólo por lo que expones a tu persona sino por los sueldos. Pero también es cierto que aquel que ha sido periodista vive con una emoción, adrenalina que ninguna otra cosa te la puede dar, a veces me acuerdo y ese virus todavía ronda por mi sangre. Lo único que ha evitado que vuelva al periodismo es la escritura”.
“Yo creo que una sociedad como la mexicana se merece que le cuenten la ‘seudoverdad’ desde diferentes partes y, a través de nuestras decisiones y bagaje, decidir qué creemos, pero no se vale irnos con ‘la verdad que nos da un medio o un político’, creo que nos falta como sociedad ser más críticos en ese sentido, las historias tienen muchas aristas”, dijo Carlos René acerca de la búsqueda de la verdad por parte del reportero.
Novela negra, radiografía y mapeo de circunstancias violentas: Carlos René Padilla
El narrador hizo una comparación respecto de la publicación de sus libros y la de algunos reportajes, añadiendo que fue a la hora de reportear cuando se enfrentó a problemas para su publicación. “Al momento de contar una historia en forma de crónica, novela o cuento no he tenido repercusiones, donde sí sucedió fue en el periodismo, como decimos acá, ‘esto se está poniendo muy caliente’ y no hay forma de cubrirnos, hubo una época en que tuvimos que tener guardaespaldas y recibí varias amenazas, me tocó la época del primer reportero desaparecido en Sonora, Alfredo Jiménez Mota, éramos colegas, ambos en la misma unidad de investigación, a partir de ese momento las cosas comenzaron a cambiar”.
“El periodismo es un trabajo con muchos riesgos y sin garantías, los medios no te van a cuidar, uno sale en la tarde y el periódico se deslinda de ti, es algo preocupante porque en un país como el nuestro con grandes índices de asesinatos a colegas periodistas pues nos falta un protocolo mucho más rígido para garantizar la libertad de expresión”, aseveró.
Por último, invitó a los lectores a seguir la transmisión de las 7 Jornadas de Novela Negra que terminan el próximo domingo 14 de marzo. “Dense la oportunidad de escuchar las voces nuevas, las medianas y las voces más consolidadas del género. Aseguró que la literatura mexicana está dando sorpresas desde diversas trincheras, podemos llegar a estar a la altura de cualquier literatura del mundo”, concluyo.
AL APUNTE
La presentación del libro Hércules en el desierto en el marco de las jornadas, será el viernes 12 de marzo con la participación de Diana Cantellanos y Curris Prudencia, moderado por Darío Zalapa a través de las páginas de Facebook de Neotraba y Fábrica de Historias.