MÉXICO.- Los conflictos sociales más apremiantes, así como las convenciones sociales más complejas, tienen su origen en la forma como funciona el cerebro humano. Este documental presenta los hallazgos de las neurociencias, los cuales muestran que en las cuestiones morales entran en juego tanto la genética, las emociones y la experiencia propia, como el raciocinio.
Ciudad de México, a 27 de enero del 2021. En el marco de la campaña Contigo en la distancia de la Secretaría de Cultura, Canal 22 estrena el documental Bajo la piel del conflicto, una producción de la Universidad de Valencia que presenta una aproximación al conocimiento neurocientífico con el objetivo de entender los conflictos sociales.
El audiovisual está dividido en tres bloques que abordan los tópicos del aprendizaje, el juicio moral y el cerebro social a partir del relato de experiencias comunes y cercanas, así como de la opinión de expertos. El primer bloque expone el proceso de aprendizaje en el cerebro humano y el papel que juega la carga genética, el hábito y las experiencias de los individuos en el condicionamiento hacia cierto tipo de creencias y comportamientos, específicamente los de carácter moral.
El segundo apartado del documental, dedicado al juicio moral, muestra que contrario a la creencia común, las valoraciones morales no son únicamente racionales, sino también emocionales y viscerales. Gracias a la resonancia magnética y la espectroscopia, los científicos han podido observar que al momento de realizar un juicio moral, en el cerebro se activan por igual las zonas de competencia lógica-racional y las de carácter emocional, e incluso, que en contextos específicos y según la historia de vida de cada persona, estos juicios son promovidos más por la emoción que por la razón.
El último bloque está dedicado a desvelar los mecanismos presentes en el cerebro en las dinámicas sociales de confrontación y solidaridad. Estos comportamientos están presentes en especies animales con un desarrollo neuronal superior, como los delfines y primates, en los que se pueden distinguir actos altruistas de los de cooperación, los cuales son dictados exclusivamente por el instinto. Entre estos animales como entre los seres humanos, el juego tiene una función de aprendizaje fundamental, si bien, la complejidad cerebral es proporcional a la complejidad de la organización social; para ejemplificar esto, el largometraje muestra a través de un juego entre niños cómo se originan las complejas convenciones sociales del mundo adulto, como las alianzas, las negociaciones y los acuerdos que permiten vivir en sociedad.
En este documental participan los expertos Luis Martí, jefe de sección de resonancia magnética del Hospital Universitario Dr.Peset; Óscar Vilarroya, investigador de neurociencia cognitiva; Carmen Maté, directora ejecutiva del Zoológico de Barcelona y Anna Gili, cuidadora de delfines en el Zoológico de Barcelona.