Fotografía: Facebook

“Mutantes en el techo y otros rivales”, libro de Jose Luis Zárate sobre cotidianidad de lo imprevisible

En CAMALEONES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Desde luchadores, cazadores de fantasmas, momias, monstruos, niños o personas del futuro, son los personajes que se reúnen en el nuevo libro Mutantes en el techo y otros rivales de José Luis Zárate, uno de los el más reconocidos escritores mexicanos de ciencia ficción que en esta obra devela a los verdaderos héroes de las historias.

Catalogado como un libro juvenil, el texto está construido a partir de narraciones breves, cortas y muy pequeñas en las que sus personajes acompañan al lector a vivir las aventuras más fantásticas y espeluznantes que ponen los pelos de punta ante la cotidianidad de lo imprevisible.

Tres historias de Van Helsing enfrentándose a monstruos que no se han visto antes en otros cuentos e incluso el primer cuento deportivo del autor se encuentran en esta obra que además llevaron a su autor a reflexiona qué tipo de persona iría a consolar a la llorona o qué significa ser un monstruo, pues “incluso el monstruo más malvado tiene corazón”.

Durante la reciente presentación del libro, Zárate explicó que no le interesaba narrar historias de héroes que saben que lo son y más bien de aquellos que no se piensan héroes ni siguen una directriz ni órdenes; buscó narrar a personajes que ayudan “por pura solidaridad humana, ese es el tipo de heroicidad que a mí me llama mucho y que he tratado de reflejar en mis textos”.

Lo anterior, pues explicó que la mayoría de las veces los protagonistas de sus cuentos son personas que tratan de sobrevivir al día a día, que tratan de no ser aves avasalladas o destruida y se conforman simplemente con pasar el día.

ALEJARSE DE LO BUENO-MALO

Explicó que para sus cuentos y la construcción de sus personajes buscó alejarse de plano dicotómico de lo bueno-malo, negro-blanco, y más bien trató de instalarse en una zona de grises ya que esto “le dan más volumen y un aire de realidad”.

“Yo quiero escribir cosas que ayuden a la variedad, este libro lo escribí como homenaje a eso y con muchísimas ganas de que alguien le guste como a mí me gustaban esas imágenes, esas imaginaciones. Escribo con muchas ganas de que ojalá alguien se encuentren esas actitudes en mis textos”.

A propósito de ello, develó que para escribir microcuento se basa en la “desaturación poliédrica”, un concepto que permite ver cuántas perspectivas puede tener un solo tema, porque cada imagen o cada concepto implican un universo.

“Tomo un texto y trato de verlo desde todas las perspectivas posibles que pueda imaginar (…), cuando escribo muchas historias quiero que se sienta esa maravilla de todas las formas que puede tener un solo concepto; yo quiero dar un atisbo de esos universos porque diferentes personas ven diferentes cosas de esos mismos temas”.

Agregó que aunque entra en la categoría del libro juvenil ello no implica una baja en su calidad escritural, “cuando me dijeron ‘escribe un libro juvenil’, me puse a pensar cómo escribo libros juveniles. Pues exactamente igual que como escribo los otros libros, nunca he pensado que escribir para ciertas edades hay que bajar de nivel, siempre hay que dar lo mejor”.

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