- La artista habla sobre su proceso creativo y las actividades que tenía planeadas en México
MÉXICO.— Jasmin Siddiqui (Frankfurt, 1981) es una artista callejera conocida como “Hera”, quien desde hace más de 15 años trabaja al lado de Falk Lehmann, conocido como “Akut”, realizando murales de gran formato en diferentes partes del mundo. Hera vendría a México como parte de las actividades de #Artbits, una muestra fotográfica de arte urbano organizada por el Goethe Institut en seis ciudades: Los Ángeles, Nueva York, Washington D.C., Montreal, Ciudad de México y Toronto.
Hera ya ha tenido oportunidad de dejar su huella en México; durante 2008 participó en un mural colaborativo con McClaim Crew en el Festival Just Writing My Name, en Nezahualcóyotl; ese mismo año formó parte de la exposición “Concreto”, en Casa del Lago. En 2015, junto con Akut, pintaron un mural que todavía puede apreciarse en la Esquina de la Información en la colonia Centro como parte del Festival All City Canvas.
Debido a la contingencia sanitaria, la artista debió regresar a su país, desde donde mantiene una actividad creativa constante. Es desde allá donde responde algunas preguntas sobre su quehacer artístico, el desarrollo de la escena a nivel mundial y las diferencias y similitudes que encuentra entre el muralismo actual y el posrevolucionario mexicano.
—¿Cuáles son las actividades que tenía programadas en esta ocasión?
—Iba a dar unos talleres para mural en Costa Rica, Honduras, Atlanta y en cuatro ciudades de México: Monterrey, San Luis Potosí, Guadalajara y Ciudad de México. En esta última ciudad mencioanda, iba a colaborar con la maravillosa artista Paola Delfín, quien ha sido una estimada colega por muchos años. El Instituto Goethe había preparado también espacios para que artistas locales plasmaran su trabajo junto con una exhibición de street art y fotografía.
—¿Cómo fueron sus inicios en el street art; ya tenía un estilo propio? ¿Cómo es visto el arte callejero en Alemania? ¿ya pertenece a la escena formal de arte o sigue siendo visto como algo marginal?
—Cuando empecé a hacer graffiti durante 2001, el término de “street art” todavía no estaba tan establecido; el graffiti era más visto como vandalismo o como parte de la cultura juvenil. Eso hacía difícil conseguir financiamiento para poder desarrollar de buena manera tu propio estilo, sin tanta audiencia y con la presión que eso significaba.
“Después empecé a formar parte del dúo denominado Herakut, en 2004, formado por mí, Hera, y mi colega Akut; pronto nos llamaron de diversos festivales alrededor del mundo. En 2007, motivado por el interés que creó Banksy en Inglaterra, el término ‘street art’ comenzó a formar parte de los museos y galerías, así también lo hicimos nosotros”.
“Veinte años después de mi primera pintura en aerosol, aquel nicho al que pertenecía está perfectamente aceptado y establecido. En Berlín mi trabajo se exhibe en el Museo Nacional de Arte Urbano y es incluido en numerosos libros y publicaciones; me invitan a programas infantiles para enseñarles a los jóvenes cómo es este tipo de expresión; por lo tanto diría que ya no es nada marginal”.
INTERACCIONES SOCIALES
—¿Cuáles son los principales temas de su trabajo?; veo que usa mucho a personas con indumentaria animal, ¿por qué es eso?
—Los principales temas de mi obra son las interacciones sociales; al ponerle a los humanos accesorios animales explico la psique de cada protagonista. Interpretar las características de los animales es algo que la gente acostumbra hacer; está dentro de nosotros de una forma muy arcaica, al grado que cada niño entiende la diferencia entre depredador y presa, lobo y cordero. Cuando es posible, incorporo símbolos locales. Lo que hago es presentarle a la gente una mezcla de elementos que ya conocen y mensajes que pueden ser nuevos para ellos.
—Casi no suele trabajar de forma individual, ¿cuáles son las ventajas de realizar obras al lado de alguien más?
—Pinto murales y realizó tanto dibujos como esculturas por mí misma cuando tengo tiempo; pero en los últimos 16 años he trabajo casi siempre con Herakut, creando diálogos visuales. Como en toda conversación, es interesante no saber cómo terminarán estos intercambios. Por eso es que también me gusta tanto interactuar con niños y adultos en los talleres. Cada dosis creativa es un catalizador para la siguiente idea; cada aporte es merecedor de atención e incluso de crítica.
—Ha tenido oportunidad de pintar en varios países del mundo, ¿cuál diría que ha sido el lugar más difícil para realizar un mural?
—Mientras mayor sea la inequidad de derechos entre la mujer y el hombre, más difícil es para mí hacer mi trabajo. Algunos hombres no ven con buenos ojos que una mujer asuma el mando en grandes tareas, que se sientan cómodas realizando pinturas de 50 o 70 metros de altura. Lo importante es mantener la calma y el profesionalismo, para que yo pueda ser el ejemplo de esas pequeñas que ven cómo pinto mis ideas a gran escala. Es la mejor manera de decir: “yo estuve aquí”.
—México tiene una amplia tradición muralista, ¿qué diferencias o similitudes puede hallar con lo que se hace actualmente en el street art?
—La diferencia es que el arte callejero moderno es mucho, muchísimo más amplio que la del muralismo posrevolucionario en términos de estilos, técnicas, financiamiento y, por supuesto, sus temas. Pero la diferencia más importante es que hoy en día el street art es un movimiento global, debido a nuestros avances en la comunicación. Además, el street art se liberó de autoridades como universidades y escuelas de arte, pero también de patrocinadores como galeristas y casas de subasta. Cualquiera puede producir lo que desee en el mundo y compartir su mensaje en términos visuales.
“El proceso de creación es mucho más rebelde de lo que fue el muralismo mexicano; sus mensajes son más diversos gracias a su discurso internacional. No obstante, hay una similitud que se me viene a la mente: los murales siguen siendo hechos por humanos, lo que significa que aún permanece la belleza de la imperfección; eso hace que cada trabajo sea interesante de ver”.
—¿Cómo planea pasar estos días de cuarentena; se mantiene creativamente activa?
—De hecho no he cambiado mucho mis actividades; mi casa también funciona como estudio y, cuando no estoy viajando y pintando enormes murales, trabajo desde mi casa en Berlín bajo la supervisión de mi perro. Mientras pinto o dibujo escucho audiolibros o las noticias, que juegan un papel muy importante en mi inspiración. La mayor parte de lo que plasmo son comentarios de historias que escucho. Hace dos días escuché el reporte de unos trabajadores sociales acerca de la situación de niños provenientes de un entorno violento, los dejaron sin espacios ni maestros en caso de una emergencia; podrían dejar de recibir comida por el cierre de escuelas. Los trabajadores sociales de Berlín están preocupados por lo que les pueda pasar estando hacinados. Mi primer impulso fue empezar a vender una serie de pinturas para financiar la entrega de comida a esas familias que lo necesitan. Afortunadamente hay gente interesada en mi arte, así que utilizo el apoyo de proyectos así. Si quieren saber más de este proyecto caritativo, síganme en mi cuenta de Instagram: @hera_herakut