“Pánico en las calles de cualquier lugar”, bien pudo agregar Morrissey a “Panic”, un himno que se amolda a esta época de crisis sanitaria e informativa, social y gubernamental.
Y es que mientras unos presumen dotes de salvaguardas de la salud, o de portadores de escudos “morales” y “espirituales”, llámense estampitas, jarabes o “sana distancia”; hay quienes ven en el día a día un fin del mundo, una película de zombis, un perro sarnoso que avanza rascándose entre la gente.
Así pasan los días en México, enfrentado como debe o puede la crisis por el covid-19. Y si como lo hacen es la mejor o la peor manera ya el tiempo se encargará de demostrarlo, de medir las decisiones.
Estamos fritos.
¿En Puebla?
Bien, gracias. O no tan bien. ¿Hablamos de salud, gobernabilidad o arrogancia? Porque aquí parece que todo es parte de lo mismo
El coronoavirus y la soberbia son el dúo dinámico de la desgracia.
¿Lo bueno? Los ciudadanos empoderan su decisión: salimos o no salimos; cerramos o no cerramos; vamos a la escuela o no; le creemos o no.
¿Lo malo? La desinformación, la emisión de noticias falsas, sensacionalistas, oportunistas. Porque la información no sólo debe ser oportuna sino también veraz.
“¡Ya, wey! Nadie piensa en la clicktadura!!
No es que nadie piense, es que pocos lo hacen.
