PUEBLA, MÉXICO.- Sentada frente a una máquina Over recién ensartada con aguja e hilo, María de los Ángeles Quitl, con mezclilla en mano se alista para coser pantalones durante el día del Paro Nacional Feminista del 9M, pues para ella protestar en “El Nueve Ninguna se Mueve” no fue una realidad.
Al igual que otras 20 empleadas en una pequeña fábrica en Cholula, Quitl ha tenido que salir a trabajar este día, pues en la industria textil la fuerza laboral femenina es predominante y, aunque tuvo la oportunidad de no asistir sabe que la pequeña empresa en la que trabaja se mantiene “al día”, y sin su ayuda no sale para pagar la quincena.
La industria textil históricamente ha sido una donde las mujeres han sido las más vulneradas: si se piensa en el fatídico accidente de 1911 en Manhattan donde se incendió una fábrica de camisas en el que murieron 140 mujeres que exigían mejoras laborales, dando origen a la conmemoración del 8 de marzo, o incluso si se remite a las grandes empresas textileras de hoy día, donde a cien años del hecho siguen en busca de mejores condiciones.
El hecho es que el tema de mejora sobrepasa a los pequeños empresarios, que son la mayoría en la entidad y quienes dan trabajo a cientos de mujeres; para Gabriel Martínez, propietario de una pequeña empresa textil en la periferia de la ciudad, como para otros microempresarios el paro convocado por el colectivo veracruzano Las Brujas del Mar traería repercusiones económicas mayores no sólo para ellos, sino principalmente para sus empleadas, quienes en teoría tendrían que verse beneficiadas.
Si bien señaló como cierto que los obreros textiles no son los mejor pagados, en entrevista con LEVIATÁN consideró que cada vez más las marcas se apuntan al cumplimiento de la responsabilidad social.
¿Qué opina del paro del 9M?
Es un movimiento que demuestra la capacidad de convocatoria de las redes sociales, incluso por encima de los medios tradicionales de comunicación como la radio, televisión o medios impresos. Respecto al motivo que abandera el paro concuerdo con la mayoría; creo que es cierto que las mujeres son víctimas de múltiples abusos y formas de violencia por su género, así que no laborar un día es una forma muy notoria de expresarse.
¿Qué representa para usted la fuerza laboral femenina?
En mi compañía este tipo de fuerza laboral es indispensable, el 80 por ciento de la mano de obra es femenina. En general, en la industria textil o confección las mujeres son mayoría.
¿Cómo impacta a la economía de las pequeñas empresas actos políticos de este tipo?
Para una pequeña empresa como esta, donde el 80 por ciento de la mano de obra es femenina, sería un impacto muy fuerte que las empleadas decidieran no asistir a laborar, pues prácticamante sería día perdido. No hay manera de que los hombres cubriéramos sus puestos, lo que acarrearía problemas de entrega y a la vez de cobro y liquidez en la compañía. Las pequeñas maquilas operamos como comúnmente se conoce “al día”, así que estaría en serios aprietos para cubrir el pago de la nómina y sería un problema mucho mayor que decidir pagar o no pagar el día.
Si tuviera las posibilidades económicas de “dar el día” a sus empleadas, ¿lo concedería?
Lo consideraría; sin embargo, comulgo más con crear políticas en la compañía que abonen a que la equidad de género sea una realidad, que reciban el trato justo y digno que merecen y no sean violentadas o discriminadas por su condición.
El Día Internacional de la Mujer se constituyó en gran medida por la conmemoración de las 146 mujeres que murieron encerradas en una fábrica textil, quienes pedían mejores condiciones laborales. ¿A más de 100 años del suceso, cree que éstas han mejorado para esta industria predominantemente femenina?
Sí, por supuesto. Las condiciones laborales de cualquier obrero han mejorado, no sólo para la industria textil. Sé que sobre la industria textil/confección existe un estigma de malos tratos, salarios bajos y en general malas condiciones de trabajo. Lo cierto es que los obreros textiles no son los mejor pagados, sin embargo la mayoría de las marcas (principalmente las extranjeras) están comprometiéndose con el cumplimiento de la responsabilidad social, exigiendo a las maquiladoras a certificarse. El tema da para mucho, porque los márgenes con los que operamos las maquiladoras son muy bajos y la mejora de las condiciones va más allá de la voluntad del empresario.
¿Cómo entonces las pequeñas empresas podrían ceñirse a una cultura de mejoramiento de las condiciones para las mujeres en la industria textil?
Creo que primeramente evaluar las condiciones del género, si son o o no distintas a las de los hombres, que es el motivo del movimiento 9M. Seguido de la implementación de políticas que permitan igualdad/estandarización de condiciones. Finalmente, un seguimiento y plan de mejora.
Como sociedad civil, ¿qué cabría esperar/hacer —del gobierno o de la misma sociedad— para erradicar las violencias de género?
Educación. Creo que la voz ya está alzada, me parece que todos nos estamos dando cuenta que, efectivamente, las mujeres están siendo violentadas; lo que nos toca ahora hacer como sociedad es educar en casa a nuestros hijos de manera tal que crezcan respetando y valorando a la mujer. Algunas acciones como evidenciar el acoso, si es que somos testigos de él, creo que serían buenas.