PUEBLA, MÉXICO.- La desobediencia abre una puerta a la creatividad poética, porque bien es un reflejo de la libertad de las emociones o porque las mantiene al límite y las deja fluir, así lo consideró el narrador y poeta poblano Guillermo Garay al participar en la segunda temporada del foro Conversar.
Acompañado por el también escritor y editor Gregorio Cervantes en el Café Literario del Realengo, recordó que la primera vez que se acercó a la escritura fue al tratar de expresar esa sensación que le dejó hasta la fecha la experiencia infantil de desobediencia.
Señaló que este concepto relacionado al poder creativo de la escritura, tendría que ver con la cuestión de no estar de acuerdo con muchas situaciones, situaciones incluso propias que llevan a desobedecerse a uno mismo, lo anterior porque adelantó que actualmente se encuentra trabajando en un proyecto que tiene que ver con la “desobediencia punk”, esa que lleva a los sujetos a actuar con plena convicción.
A pregunta expresa de por qué luego de tantos años de una experiencia de insumisión cuando era niño, mantener como punto de inspiración escritural al desacato o la rebeldía, Guillermo Garay simplemente señaló que esta circunstancia ha sido vital en él:
“Creo que ha sido algo vital en mí en el sentido de que creo que desobedecer es divertido, es muy simpático. Me encanta esta falsa rebeldía en donde rompes un poco sin caer en lo fantoche”.
El ganador del Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2017 por el poemario Esta oscura danza de pájaros, apuntó que habría que diferenciar la rebeldía de la desobediencia, de este segundo acotó que “la rebeldía es un acto romántico que en ocasiones sale bien”, ello si se piensa que los poetas son cobardes al refugiarse atrás de las palabras para poder expresarse.
Tras un diálogo íntimo con el público al respecto, el tallerista literario y quien fuera editor de la revista Crítica de la BUAP, Gregorio Cervantes, agregó que la desobediencia en el fondo es un gesto que pretende poner en evidencia las “fallas en el sistema”, y el gesto de desafiar a ese sistema pretende buscar esas carencia, una situación que está muy presente en los poemas.
Así también consideró que la desobediencia implica una cierta lucidez, pues involucra el darse cuenta de por qué desobedecer, no únicamente por capricho, sino tomando conciencia de las circunstancias y persistir en la desobediencia.
Finalmente, Guillermo Garay explicó que el proyecto en el que actualmente se embarca relacionado con la idea de la desobediencia tiene que ver con un proceso de introspección y de amor, pero no como en su anterior poemario, sino de amor propio.
EL APUNTE
El foro Conversación a cargo de Gregorio Cervantes continúa con actividades en el café literario El Realengo, ubicado en la calle 15 Poniente 106, colonia El Carmen. Para mayor información sobre próximas actividades, se puede acceder. Alas redes sociales