PUEBLA, MÉXICO.- Más allá de las historias de dolor, sufrimiento, separación, de un rompimiento interno familiar y de nación, la migración debiera verse como la creación de una nueva cultura, un nuevo lenguaje, porque es ahí donde está la esperanza del sufrimiento que existe en este fenómeno, así lo asegura el escritor Iván Uriel Atanacio, quien por dos décadas se ha dedicado a abordar el tema de la migración, considerado un innovador de la narrativa testimonial y de la prosa poética hispanas.
Lo anterior lo refirió en rueda de prensa a propósito de la presentación de su libro El Muro, tercera entrega de la trilogía Apología del encuentro, compendio literario que aborda las relaciones humanas desde la migración universal, integrad por El Surco, historias cortas para vidas largas (2011, Universidad Iberoamericana) y El Ítamo (2015, Universidad Veracruzana).
Iván Uriel Atanacio Medellín, quien fue merecedor de los premios Nacional Aportación a las Letras Mexicanas y el Bienal de la Academia Literaria de la Ciudad de México, explicó que El Muro es una novela que cierra el proyecto literario que ha tardado en construirse unos 10 años en las distintas publicaciones y más de 20 en gestarse el proyecto literario completo, editada por las universidades Iberoamericana, Veracruzana y ahora la UPAEP y la BUAP.
La tercera parte está inspirada y nacida en diferentes localidades y con muchas muchos testimonios de poblanos, por lo que “la novela para mí está en el corazón de Puebla y por eso me siento muy contento de compartir esta novela con ustedes”, consideró el también documentalista, quien entre sus trabajos audiovisuales cuenta Tu ciudad, tus derechos, Hitos, realidades y utopías y La voz humana.
Al tiempo de puntualizar que la literatura migrante es un género en sí mismo, señaló que las tres novelas que conforman la Apología del encuentro están narradas por mujeres, pues ellas son las generadoras de cultura.
ROSTRO A LA MIGRACIÓN
Respecto al título de esta tercera entrega, señaló que más allá de referirse a una barrera, por contrario busca derribar los muros y establecer un puente; así también trata de dar rostro a la migración para no sólo hablar de este fenómeno en números o leyes, sino también brindarle rostro a este tema tan importante en el país y a nivel mundial.
Para el escritor, el encontrar que a través de la migración se puede construir una nueva cultura, un nuevo lenguaje, nuevos puentes entre las naciones es una forma de reconocer que todas las historias de fatalidad al mismo tiempo “guardan para la posibilidad de que si nosotros estamos atentos conscientes y sensibles al tema podamos encontrar no solamente una esperanza en ello sino también atenuar las causas por las cuales se migra, que es lo más importante”.
“Para mí lo más importante de la migración es sin duda la creación de una nueva cultura y en ella encontrarnos, es decir, que estemos en el diálogo. La novela también plantea de alguna manera la búsqueda de la identidad, la búsqueda de reforzar en la creación de nuevas culturas y de nuevos lenguajes desde la migración”.