Fotografía: Magdiel Olano

La poesía es un fracaso: Luis Felipe Fabre

En CAMALEONES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Para Luis Felipe Fabre la poesía es un fracaso. Lo entiende así porque considera que el poeta no es aquel que domina el lenguaje sino el que se da cuenta de la precariedad del mismo, que se da cuenta que no se puede decir.

“Con los años me doy cuenta cada vez más que no se puede decir, que la poesía es un fracaso, y en ese momento entiendo más ese verso de Fray Juan de la Cruz: ‘un no sé qué, que queda mal luciendo'”.

Fotografía: Magdiel Olano

Lo anterior lo dijo en el contexto de la reciente presentación de su libro Declaración de las canciones oscuras, la primera novela del escritor mexicano, quien se aleja del terreno del ensayo y la poesía para hablar desde la narrativa una historia ambientada en la España de 1592, donde cuenta la travesía que fue trasladar el cuerpo de fray Juan de la Cruz desde el pueblo de Úbeda hasta Segovia en pleno Siglo de Oro.

A través de esta anécdota disparadora, Fabre narra cómo las creencias religiosas en ocasiones van tan lejos como adorar a un cadáver que en vida fue una especie de líder, pues en el recorrido el cuerpo de fray Juan de la Cruz va perdiendo partes fruto del furor de los creyentes, bajo la premisa de que “un pedazo de cuerpo sería mejor que su entera ausencia”.

En entrevista con LEVIATÁN confesó que el acercarse a la poesía –la de fray Juan de la Cruz– desde un terreno externo, ha sido quizás efecto de la coloquialmente llamada “crisis de los 40”.

“Escribir una novela quizás fue mi crisis de los 40. Dije: ‘ya me harté de que me traten como poeta y que me mal paguen, quiero ser tu novelista famoso'”, sentenció en tono jocoso y sarcástico.

Sobre la crítica que se ha hecho a su  novela que ha sido catalogando por algunos lectores como “un gran poema largo”, mencionó que lo ha tomado en el mejor sentido, pues en su caso las novelas que más le interesan son aquellas que tienen una forma no convencional:

“Cuando ya estaba escribiendo la novela me di cuenta que muchos poetas cuando quieren escribir una novela quieren hacer de una manera muy tradicional y yo digo ‘pues qué raro, cuando a mí las novelas que más me han interesado siempre han sido las experimentales’. (Con esta novela) me gustaría poder entroncar con lo que se supone que tendría que ser la narrativa”.

Detalló que el libro nació lentamente, pues a pesar de ser asiduo lector desde su juventud del poeta místico del renacimiento español, no había dedicado espacio para escribirle:

“Soy lector de fray Juan de la Cruz desde hace muchos años, desde los 18 años, ahora tengo 45, verás que ha pasado el tiempo y nunca me había atrevido a hacer nada con él. Alguna vez leí la historia del cadáver y dije ‘alguien tendría que hacer algo con esto’, pero no pensaba que yo tendría que hacerlo, hasta que en algún momento dije ¿y por qué no yo?”.

El manejo del lenguaje ha sido uno de los aspectos que la crítica y la prensa ha retomado mucho, pero el autor ha disentido, señala que contrario a ello se trata de una novela muy divertida:

“El problema de casi todas las entrevistas que he hecho es que se va mucho por ese aspecto (del lenguaje), y yo creo que es una novela divertida (…); quiero pensar que es una novela que sí trabaja con el lenguaje pero que se puede leer con humor, con ligereza (…). Está en el lector juzgar si sí o si no”.

Así, Fabre propone que se haga una lectura “carnal y erótica” de  Declaración de las canciones oscuras, pues a su consideración y siguiendo la línea de la poesía de Fray Juan de la Cruz,  “Dios está en el deseo”.

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