PUEBLA, MÉXICO.- La novela negra en una crónica en sí misma que retrata los índices de criminalidad así como una radiografía de las circunstancias violentas que existen en diversos contextos, así lo explica el escritor sonorense Carlos René Padilla.
El autor recientemente visitó la ciudad de Puebla para presentar su libro Los crímenes de Juan Justino y Rodrigo Cobra, el cual obtuvo el Premio del Concurso del Libro Sonorense 2018 en categoría ensayo.
En entrevista con LEVIATÁN, mencionó que la obra nació a raíz de la necesidad de dilucidar cuál fue la primera novela de género negro o policial en Sonora, libro donde dos personajes excéntricos disputan si fue “Juan Justino Judicial” de Gerardo Cornejo, o “La madriguera de los Cobra” de Alonso Vidal.
Se trata de una investigación teórica que tardó alrededor de 2 años, a decir del autor porque identificó que este género en otros países tiene extensos estudios, sin embargo en México apenas empieza el repunte, y mucho menos en los estados y en un sitio como Sonora, tan alejado de las circunstancias del centro del país.
“Me di a la tarea de hurgar un poco en la literatura sonorense y encontrar al menos dos novelas que tuvieron las mismas características de encajar dentro del policial y hacer una historia, y conforme a ello descubrir cuál es la que cumplía los requisitos”.
Aunque a lo largo del ensayo se hace una función de divulgación de conocimiento, paralelamente narra una historia a través de un detective que está encargado de la tarea, ya que para René Padilla los ensayos “de repente son muy enfadosos, y quería hacer algo que fuera ameno (…), de forma lúdica para el elector le estoy explicando la manera técnica y la manera en que funciona en la literatura una novela policiaca. Creo que queda un poco más claro para el elector todo este tipo de conocimientos que hay”.
Para el trabajo se apoyó de algunas investigaciones literarias generales existentes, aunque reconoció que durante el recorrido histórico de las obras se encontró con la dificultad de la extensa bibliografía así como de localizar ciertas ediciones, en particular las anteriores a la década de los 80.
Mencionó que a lo largo de la investigación descubrió cómo ha ido cambiando el género a la par de hacer una radiografía de la criminalidad y sus consecuencias conforme avanzó el siglo, de modo que la forma de hacer literatura en la novela policíaca y negra está cada vez más apegado al contexto o realidad del autor:
“En la época victoriana con Sherlock Holmes la justicia prevalecía, se castigaba al culpable, era un mensaje de decir que si te portas mal vas a obtener un castigo. Al transcurso de los años con Hamlet por ejemplo, se dieron cuenta de que podías ser un criminal y salirte con la tuya, eso es lo que pasa en México, en Cuba, en muchos lados”.
MAPEO CRIMINAL
Padilla indicó que las narrativas de este género aportan a hacer un mapeo criminal que hay en el país así como identificar las formas de criminalidad que hay por locación en los estados de la república, pues las historias que se cuentan en el norte sur o centro divergen de acuerdo con los acontecimientos violentos que ocurren en estas localidades, de forma que incluso podrían funcionar como cronista:
“Es una radiografía social impresionante. La novela negra se convierte en una crónica en sí mismo de lo que ocurre. En Aguascalientes, por ejemplo, hay un alto índice de suicidios; en Guerrero hay un serio problema de trata de mujeres; aquí en Puebla puede haber otro tipo de criminalidad, a lo mejor hay mucho secuestro o feminicidio. Eso no significa que no existan en otra parte de la República sino que sobresalen y entonces podemos decir qué está pasando en otros estados”.
En el sentido en que señaló que el estudio de la novela policíaca y negra en México aún no está tan avanzado, dijo que sería interesante hacer un rescate de las novelas en otros estados como él lo ha hecho en Sonora con Los crímenes de Juan Justino y Rodrigo Cobra, y no sólo de éste sino de otros géneros como la novela histórica o gráfica.
Finalmente, dijo que su aporte fue gracias a que estaba interesado en rescatar la literatura que se hacen en su estado:
“Quiero escribir historias en el contexto en el que estoy, en el desierto, el calor, la violencia que me genera el narco, los ejecutados (…). Yo creo que eso es lo que debería de asumir un escritor, yo sí lo asumo de platicar lo que me afecta de primera mano y retratar lo de la mejor manera para que los lectores de otras latitudes sepan lo que está sucediendo”.
EL APUNTE
El autor ya prepara un libro de cuentos, un ensayo más y otra novela, además de su reciente novela “Yo soy el Araña”, la cual ganó el Premio Nacional de Novela Negra “Una vuelta de tuerca” 2018.