PUEBLA, MÉXICO.- A pesar de que la partería es un oficio tradicional de la cultura náhuatl en diversos estados del país como Hidalgo o Veracruz, el ejercicio es prohibido y penalizado por programas de salud del gobierno federal, atentando contra los saberes y prácticas ancestrales de pueblos originarios.
Así, se estima que en México 7 de cada 10 parteras son mujeres indígenas, ellas ostentan prácticas milenarias, saberes ancestrales acumulados que han sido transmitidos de generación en generación principalmente mediante un proceso oral.
Entre las prácticas de atención que brindan estas mujeres a embarazada están las “manteadas”, que consiste en balancear de un lado a otro a la mujer en cinta sobre una manta para que la cabeza del feto encaje en la pelvis y así facilitar el parto. También puede ser pasar un rebozo por debajo del cuerpo de la embarazada a la altura de la cintura con el mismo fin; otra más serían los baños temazcal, y por supuesto asistir el alumbramiento.
Sin embargo, esta última ha sido penalizada por programas de salubridad, siendo la reclusión en la prisión de la comunidad o el retraso en la entrega de las actas de nacimiento las penas más frecuentes a las que se enfrentan las mujeres indígenas, quienes tras el acoso gubernamental ven reducido el oficio a prácticas alternativas como la “sobada”, “limpia”, “manteada” y otras que no son ofrecidas por los servicios de salud pública.
Aunado a ello, México es el tercer país que más cesáreas celebra, donde un gran porcentaje son innecesarias. Lo anterior implica una drástica reducción en el número de partos atendidos por parteras indígenas, lo que atenta directamente contra el ejercicio de su labor y razón de ser.
EL DOCUMENTAL
Frente al panorama, la directora cinematográfica Érika Mercado busca visibilizar el desplazamiento que sufren las parteras náhuas por su oficio, ello a través del largometraje documental Ombligo, proyecto que este año fue ganador del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), producido por Merkado 13 Audiovisual.
En entrevista con LEVIATÁN, la cineasta poblana señaló que han sido cuatro años de investigación sobre las parteras nahuas de la huasteca hidalguense, quienes reciben el don de la partería a través de sueños.
“Mi gran gancho temático fue que ellas aprenden el don de la partería a través de sueños (…), este mundo de los sueños y cómo se crea conocimiento a través de los sueños me parecía algo cinematográficamente muy fuerte, al tiempo que empecé a conocer todas las problemáticas que enfrentan las parteras”.
Destacó la importancia de la preservación de saberes ancestrales sobretodo porque ellos engloban una cosmovisión que incluye el manejo de recursos naturales, medicinales, y la misma conservación de estos recursos que son indispensables en la atención que brindan como parteras.
“Las políticas nacionales y estatales han relegado a las parteras tradicionales como un accesorio, prohibiéndoles celebrar partos en comunidad, inclusive si lo hacen y no acompañan a las mujeres a hospitales, que suelen estar muy lejos por caminos deplorables (…), son relegadas a una posición secundaria y penalizadas por ejercer el oficio”.
Señaló que la premisa de Ombligo, es que las parteras defienden un modo distinto de nacer, de crecer y de vivir, pues “el acto de nacer tiene la misma importancia que cualquier otro acto de la vida y la forma en que uno nace puede definir gran parte de cómo será su destino”.
A DESTACAR
- El documental se desarrollará bajo la mirada de cuatro parteras hidalguenses, quienes oscilan entre los 40 a los 80 años: Carolina de la comunidad Anaya del municipio de Yahualica; Anita de la comunidad de Acatepec y Juanita de Zacatipa, en el municipio de Huautla; y Juanita de la comunidad de Nuevo Collolar en el municipio de Xochiatipan.
- De la lista de 105 participantes de diversos estados de la república, el de Éricka Mercado fue el único proyecto poblano ganador, en la categoría documental.
- El fondo ayudará a producir el largometraje documental, que se espera esté terminado en un lapso de dos años, pues ahora se consolidaría el esquema financiero, el próximo año se haría el rodaje, posteriormente la producción y postproducción, calculando que pueda verse a finales del 2021. Éste tendría una duración de entre 80 a 90 minutos.