PUEBLA, MÉXICO.- “Debemos crear alianzas con las feministas, con los ecologistas, para transformar la sociedad, como decía Carlos Marx”, sentencia Luis Martínez Andrade, doctor en sociología por la Ècole des Hautes Ètudes en Sciences Sociales de París, y es que opina que si no se toman medidas radicales no se van a poder frenar problemáticas sociales como el feminicidio.
Resultado de una investigación posdoctoral realizada en París, se adentró en temas relacionados a las corrientes del feminismos del sur global, corrientes que ponen en cuestión un feminismo “hegemónico, clasemediero, burgués, urbano”.
Lo anterior a través de una serie de entrevistas realizadas a 16 investigadoras feministas provenientes de países de América latina y Europa como Estado Unidos, Francia, Palestina, Bélgica, Italia y México, que han dado como resultado la publicación del libro Feminismos a la Contra (La Vorágine 2019).
“Yo lo que hice fue estudiar los feminismos como una constelación formada por tendencias distintas porque (incluso) hay debates al interior de feministas en el que no hay conscenso”.
Según señaló en entrevista, el texto el no habla en sí de feminismo, sino que a partir de las miradas de estas 16 feministas se abordan temáticas como la violencia institucional, el racismo institucional, el narcotráfico y, evidentemente, el patriarcado.
Publicado por la editorial La Vorágine en abril de este año, el texto se ha presentado en distintas ciudades de España y en el Colegio de Estudios Mundiales de París, Francia. Tendrá su única presentación en México el próximo viernes 2 de agosto en Café Realengo.
En un afán completamente desinteresado, la obra busca ser un instrumento político, por lo que éste puede descargarse a través de internet de forma libre.
- ¿Qué mirada distinta ofrece Feminismos a la contra?
Yo no hablo de feminismo, simplemente me interesaba estudiar esas corrientes y qué podemos tanto entender los intelectuales como políticos de estas experiencias.
No es un libro que hable propiamente de feminismos, es un libro que a partir de perspectiva feministas aborda temáticas como la justicia social, desastres ecológicos y, evidentemente, la cuestión patriarcal.
- Al abordar el tema de distintos contextos, contrastes, continentes, disciplinas, ¿cómo identificas las semejanzas entre ellas?
De las similitudes, las 16 profesoras investigadoras tienen una trayectoria militante interesante, las 16 comparten un cierto compromiso político militante, algunas de ellas vivieron en Francia el Mayo del 68. Otra es que la mayoría son “feministas racializadas”, es decir, que son feministas que no son “blancas” en términos modernos(…), hay esa cuestión de la corporeidad importante.
- También existen diferencias…
Algo que me pareció interesante es que son de diferentes países pero también son de diferentes generaciones, de los 40, otra de los 80, entonces no estamos hablando sólo de diferentes feministas sino también de diferentes generaciones y eso es interesante porque evidentemente la cuestión de la generación hace que tomes en cuenta otras temáticas que hace 40 años no se tomaban en cuenta, como la cuestión ecológica.
- En cuanto a los orígenes del movimientos, se ve que parten de diferentes pensamientos desde Marx, Hannah Arendt, Rosa Luxemburgo, que incluso uno se llega a confundir y también por ello son atacadas, porque no tienen fuentes “reales”. ¿Cómo te posicionas la respecto?
Hay que tomar en cuenta que el relato sobre la genealogía del feminismo ha sido blanqueada en términos de que se han visibilizado otras experiencias; una de las preguntas que le hice a la mayoría (de las entrevistadas) es si me podrían dar una genealogía de lo que ellas consideraban feminismo, y evidentemente cada investigadora me daba una diferente porque las experiencias son distintas.
- Es importante el discurso y lo académico, pero también tenemos los movimientos en la práctica, de las masas, ¿cuál sería el empate o desempate entre ellos, y si pudiéramos aterrizarlo en México?
A una de las entrevistadas, de las principales feministas en México y también gran estudiosa del zapatismo, Rosalva Aída Hernández, le preguntaba cuáles son los desafíos del feminismo mexicano y me decía que lo que ha pasado es que se ha desarrollado un cierto feminismo separatista, de “somos feministas, todo lo que sea varón son opresores”, y dice que estamos en un contexto en el que necesitamos unirnos, articularnos, no luchar cada uno por separado.
- ¿Qué pasa con las tendencias feministas en México que de pronto toman discursos de otros países como Argentina, por ejemplo?
Pues no haya un feminismo mexicano en sí (…), hay un feminismo institucionalizado, homogeneizado, que no nos sirve; hay otros que se conocen como “feminismos comunitarios”, que encontramos en Oaxaca y en el que encontramos a los Zapatistas como cambios radicales en este país, no sólo políticos sino de formas de organización.
Yo creo que las tendencias tendríamos que ubicar primero el perfil (de las feministas).
- ¿Cuál sería el papel del feminismo ahora que llega un gobierno de izquierda?
Hace un año que viene a hacer investigación noté mucha euforia porque lo que se había hecho en gobiernos pasados en los tres niveles era deleznable (…). En la llegada de López Obrador, soy discreto por llamarlo “de izquierda” porque era una candidatura apoyada por un sector conservador, la pregunta es ¿cómo va a ser tu programa feminista cunado te estás aliando con un partido anti aborto, tradicionalista, pro la familia.
El diagnóstico que hago es que contradicciones sociales se van a continuar agudizando mientras estos gobiernos de los tres niveles signa consolidando el proyecto estractivista (…). Desgraciadamente si no se toman medidas radicales no se va a poder parar lo del feminicidio, por ejemplo, porque al final también es expresión de la corrupción que hay en el estado.