PUEBLA, MÉXICO.- El artista gráfico Luis Ricardo presenta siete piezas de arte en la galería experimental Philiput de Philadelphia, hemana de Liliput, de Puebla, México, espacio dirigido por Rebeca Martell y Devin Cohen.
Las obras fueron pintadas con la técnica centenaria del temple de huevo, sumada a los crayones de niños y tinta fundidos sobre el papel, añadidos, encimados, velados obsesivamente, uno sobre otro, o apenas dejados libres en un apunte de lápiz de color sobre el amarillento papel libre de ácido y barnizados brillantes como exvotos.
La exposición de la obra, una retorcida visión del arte mexicano que se muerde la boca y el puño para no decir “barroco” ni “neobarroco”, pero que tampoco niega la cruz de su parroquia, se realizará este 5 de mayo,.
Luis Ricardo, en plática con LEVIATÁN, señaló que como el papel para esta exposición era más grande no podía llenarlo con puro bolígrafo, por lo que decidió recurrir a la técnica de Robert Weissenbacher, un artista alemán que estuvo en Puebla.
“Él me mostró sus materiales y cómo usarlos. Luego mi amigo Héctor Ruiz me llevó de compras y me puso a practicar, y en unos pocos días estaba yo pintando día y noche al temple de huevo.”
En cuanto a la técnica, aseguró que le viene muy bien porque su look es muy irreal.
“Me decía mi profe de cine, Jorge Ayala Blanco cuando le di un guion, que era fantasía, ‘lo único que te pido’, me dijo, ‘es que no le des un tratamiento visual realista porque se te cae todo’. Sigo su consejo.”
Luis Ricardo, quien también se desempeña como monero, afirma que su trabajo es obsesivo porque “soy una persona que vive con ansiedad, también; es verdad que dibujar me ayuda a concentrarme y que eso hace que lo haga todo el tiempo.”
El temple de huevo siento que me viene muy bien porque su look es muy irreal. Me decía mi profe de cine Jorge Ayala Blanco cuando le di mi guion, que era fantasía, “lo único que te pido es que no le des un tratamiento visual realista, porque se te cae todo”. Sigo su consejo.
Por último, se dijo contento porque su obra se vea fuera de México porque siente que muchas personas lo empiezan a tomar en serio.
“Eso está bien, aunque yo sigo siendo un pesimista pero cubierto por todos los frentes: sí me va mal en el arte, soy monero, si me va mal de monero, soy profe en la SEP, y así sucesivamente.”