Fotografía: Especial

Justos por pecadores: La crisis de las estancias infantiles en Puebla

En ESPECIALES Josué Mota
  • Entre las propietarias fue conocido que había estancias que en realidad no atendían a niños o no al número que reportaban pero cobraban por ese servicio.
  • Representante de estancias ve en la medida del gobierno federal el objetivo de desaparecerlas  y sustituirlas por Cendis,

PUEBLA, MÉXICO.- En Puebla hay registradas 529 estancias infantiles que reciben subsidio del gobierno federal a través de la Secretaría del Bienestar, anteriormente llamada Secretaría de Desarrollo Social. Ahí trabajan aproximadamente 4 mil personas, principalmente mujeres al cuidado de los niños, y se estima que hay unos 22 mil niños que son atendidos bajo este programa.

De esas 529 estancias un número de desconocido eran “fantasma”, y los recursos que de ahí se obtenían beneficiaron económica e ilegalmente a funcionarios de la Delegación en Puebla de esa Secretaría. Sin embargo, la mayoría realiza una labor muy importante para las familias que ven estos espacios la oportunidad de dejar a sus hijos bajo cuidado.

La situación de las estancias infantiles es irregular al punto tal que el padrón de las existentes hasta 2018 no está disponible en la página de la dependencia federal, solo es posible encontrar las del 2017, y ese indica que había 479 estancias en la entidad pero quien fuera delegado de la entonces Secretaría Desarrollo Social, Lorenzo Rivera, dijo en diciembre pasado en una rueda de prensa que en total había 529 estancias.

Ariadna Pimentel Espinosa, representante y vocera de las dueñas de las estancias infantiles de Puebla, explica en entrevista que durante toda la administración del gobierno de Enrique Peña Nieto hubo irregularidades en la operación y entre las propietarias fue conocido que había estancias que en realidad no atendían a niños o no al número que reportaban pero cobraban por ese servicio.
También había irregularidades en la supervisión que los funcionarios federales hacían en las estancias, los cuales en ocasiones solicitaron sobornos a cambio de permitir la operación de las mismas, pese a que la documentación y las condiciones físicas de los espacios estaba en regla, comentó.

La forma en la que operan las estancias infantiles es la siguiente: estos espacios pueden recibir a niños desde 1 año 11 meses hasta los 3 años 11 meses o hasta los cinco años en los casos de niños con discapacidades físicas o mentales, por cada niño que la estancia atiende la propietaria recibe 850 pesos mensuales ó mil 800 pesos si el menor tiene alguna discapacidad. Los niños son atendidos por una mujer y como máximo una persona solo puede hacerse responsable de ocho niños. Los niños desayunan, toman una colación y comen en las estancias, ello pagado por la estancia. Las propietarias están en facultad de cobrar lo que deseen por cada niño, adicionalmente del subsidio que reciben. En Puebla estos cobros oscilan entre los 250 pesos y los 600.

La irregularidad mediante cual existía corrupción en la administración pasada consistía en que algunos niños que estaban en una estancia siendo atendidos, eran asignados administrativamente a otra, de forma que cuando llegaban los recursos a algunas estancias no se les pagaban por el total de los niños que atendían mientras que otras estancias recibían ese pago sin atender a ese niño, el negocio parece ser de miles de pesos si se considera que cada estancia puede atender como máximo 60 niños, según explicó la propietaria de una estancia que solicitó el anonimato.

REDUCCIÓN PRESUPUESTAL
En el 2018 este programa recibió a nivel federal una asignación de 4 mil 70 millones de pesos, lo equivalente al presupuesto que la ciudad de Puebla ejerció ese mismo año. Pero con el cambio de gobierno se anunció una reducción presupuestal que al final fue del 50 por ciento y para este año cuenta tan solo con 2 mil 41 millones de pesos.

En opinión de Ariadna Pimentel, la medida del gobierno federal tiene como objetivo desaparecer en el corto plazo las estancias infantiles y sustituirlas, quizás por los llamados Cendis, pero destaca que la gravedad del asunto radica en que tan solo en caso de Puebla se atienden a 22 mil niños que pertenecen a familias con ingresos económicos bajos o bien en el caso de familias donde ambos padres trabajan y no tienen posibilidad de dejar a sus niños al cuidado de algún familiar.

Sostiene que en muchos casos la atención que se brinda en las estancias infantiles es mejor que la que recibirían de quedarse en casa los niños al cuidado de algún pariente, ya que reciben educación inicial y son atendidos por mujeres con preparación en el ramo, además de que están menos expuestos a los riesgos propios de las casas. Pero también destaca que de cerrarse este programa cerca de 4 mil mujeres que laboran en las estancias perderían su empleo.

Dice que lo grave de la medida del gobierno federal es que si bien habían estancias “fantasma” se castiga a todas las que operan con normalidad pues tan solo ya recibieron la notificación de que no recibirán subsidio por los meses de febrero y marzo, dado el recorte. Y la situación parece agravarse, según dijo, luego de que se votó ayer en la Cámara de Diputados en contra de un punto de acuerdo para exhortar al gobierno federal para que se busquen mayores recursos para el programa.

Por ahora, comenta, preparan más acciones de protesta a nivel nacional como “movimiento de estancias infantiles”, pero reconoce que el panorama para quienes tienen a sus niños en estos espacios y para quienes ahí laboran no es alentador.

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