GIJÓN, ESPAÑA.- Siendo el cómic un medio inscrito en la cultura de masas con más de 100 años de existencia a sus espaldas, la Semana Negra de Gijón presentó “Derrumbando estereotipos. La subjetividad femenina en el cómic”, a través de una publicación impresa y una exposición.
La Semana Negra de Gijón destacó en su 31 edición la irrupción de la mujer en el género a través de este proyecto en el que se pretende ofrecer una visión de cómo el mundo del arte secuencial está incorporando la voz de la mujer.
Es un ejercicio también relevante el estudio de cómo, frente al tradicional y estereotipado tratamiento que el cómic realizaba de la figura de la mujer, la labor de las autoras está reelaborando esa visión de sí mismas, de la figura de la mujer y de su lugar en el mundo.
La exposición de originales a la que acompaña un libro-catálogo proporciona un acercamiento de primera mano a trabajos de Laura Pérez Vernetti, recientemente galardonada cn el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, y de Ana Penyas, ganadora del Premio al Autor/a revelación de ese mismo certamen.
Asimismo, Marika Vila, quien coordina la exposición junto a Norman Fernández; la ilustradora e historietista Antonia Santolaya, la asturiana Raquel Lagartos y la historietista y divulgadora del género argentina Laura Fernández.
Marika Vila subrayó que históricamente “el sujeto de la historieta ha sido varón” y las creadoras han tenido que construir “una subjetividad propia para cambiar el lenguaje y conseguir nuevos códigos”.
Aseveró que es un reto en el que no han faltado las dificultades y cuyo resultado “no es algo homogéneo ni homogeneizador, sino todo lo contrario: el nuevo código no está creando reglas ni etiquetas, aporta diversidad”.
En rueda de prensa, las autoras, de diferentes propuestas y tendencias, destacaron la brecha que aún sigue marcando el reconocimiento e incluso la cotización en el mercado del cómic hecho por mujeres.
Al respecto, Pérez Vernetti puso como ejemplo que sus editores siguen exigiéndole vender mucho más ejemplares de sus álbumes que a los artistas hombres para contratarle un nuevo trabajo.
La artista, de 59 años, aseguró que “ya tengo edad para que me mimen, pero sigo en el cómic experimental, en el erótico y en la poesía gráfica”.
Norman Fernández, otro de los coordinadores de la exposición, aseguró que siempre ha habido mujeres trabajando en el campo del cómic, pero desgraciadamente, como en otros medios, su labor fue invisibilizada durante décadas.
Esto, con el agravante de que debían realizar sus trabajos dentro de un modelo androcéntrico y machista que les impedía tener una voz propia y que les obligaba a realizar su contribución en productos pensados e ideados por hombres.
Fue a partir de mayo del 68 en Francia y del movimiento underground en Estados Unidos y en confluencia con la llamada Segunda Ola del Feminismo, cuando en el campo del cómic la mujer comienza a adquirir una voz propia como autora y comienza a convertirse en un sujeto político también en el campo de la historieta.
Las autoras son en la actualidad cada vez más numerosas en el campo de la historieta y están construyendo un discurso tan rico como diverso, y en numerosos casos con elementos relacionados con la identidad como denominador común.
