MÉXICO.- El compositor austriaco Joseph Haydn, quien estableció las leyes de la sinfonía clásica, es considerado no sólo como como el Padre de la sinfonía, sino también como el Padre del cuarteto de cuerdas y el definitivo establecimiento de formas como la sonata.
Franz Joseph Haydn nació el 31 de marzo de 1732 en Rohrau, Austria, en el seno de una familia humilde; su gusto por la música empezó desde pequeño, pues después de la jornada laboral, su padre le cantaba acompañándose al arpa.
Dotado de una hermosa voz, con apenas seis años, en 1738 fue enviado a Hainburg y dos años después, a Viena, para ingresar al coro de la Catedral de San Esteban, donde tuvo la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos musicales, cita el portal en línea “biografiasyvidas.com”.
A los 17 años abandonó el coro para trabajar como músico independiente, estudiar los tratados de contrapunto y recibir algunas lecciones del maestro de canto y compositor italiano Nicola Porpora.
De acuerdo con el sitio especializado en letras “epdlp.com”, en 1755 trabajó para el barón Karl Josef von Fürnberg y compuso sus primeros cuartetos para cuerda y su primera ópera, “Der krumme Teufel”, escrita para el actor cómico Johann Joseph Felix Kurz, conocido artísticamente como “Bernardon”.
Mantuvo una estrecha amistad con Wolfgang Amadeus Mozart y fue profesor de Ludwig van Beethoven; en 1759 le nombraron director musical del conde Fernando Maximilian von Morzin y en 1760 se casó con Maria Anna Keller, unión que fracasó y de la que no hubo descendencia.
Un año más tarde logró el cargo de director musical adjunto del príncipe Paul Anton Esterházy; en 1762 le nombraron maestro de capilla y trabajó para tres príncipes de la familia Esterházy, así lo reporta la página “buscabiografias.com”.
El compositor tuvo entonces a su disposición una de las mejores orquestas de Europa, para la que escribió la mayor parte de sus obras orquestales, operísticas y religiosas; entre 1790 y 1794 es contratado por el violinista británico Johann Peter Salomon para sus conciertos en Londres.
Posteriormente, en 1794, el nuevo príncipe de Esterházy, Nikolaus, lo reclamó de nuevo a su servicio, y para él escribió sus seis últimas misas, entre las cuales destacan: “Misa Nelson” y “Misa María Teresa”.
Los viajes que efectuó a la capital británica para asistir a los conciertos de Salomon (1791-1792 y 1794-1795) fueron las ocasiones perfectas para el éxito de sus últimas sinfonías: “Sorpresa (1791)”, “Milagro” (1791), “Militar” (1794), “El reloj” (1794), “Londres (1795)”, entre otras.
Durante sus últimos años en Viena, Haydn compuso “Dios salve a Franz el Emperador” (1797), que más tarde sería usada como los himnos nacionales de Austria y Alemania.
Franz Joseph Haydn falleció el 31 de mayo de 1809 en Viena, Austria, a la edad de 77 años y fue sepultado en el cementerio Hundsturm de la ciudad.
Su legado sigue vigente en las nuevas generaciones de músicos, pues dentro del campo de la instrumentación, sus numerosos hallazgos contribuyeron a ampliar las posibilidades técnicas de la orquesta sinfónica moderna.