MÉRIDA, YUCATÁN.- El número de inmuebles históricos, arqueológicos y de valor cultural afectados por el sismo de 7.1 grados, del pasado 19 de septiembre, pasó de mil 500 a mil 821, lo cual representa un trabajo descomunal para el que “no estábamos preparados”, reconoció Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En declaraciones en el marco de la inauguración del programa Académico de la V Mesa Redonda del Mayab, incluida en el programa del VI Festival Internacional de la Cultura Maya (FIC Maya), el funcionario destacó que ya comenzaron las acciones emergentes e inmediatas, que irán avanzando durante los próximos tres años.
Refirió que tal como lo ha dado a conocer la Secretaría de Cultura federal, se ha elaborado un censo que clasifica los daños en severos, moderados y menores; los primeros, sufrieron colapsos parciales o mayoritarios, suman un 15 por ciento de los inmuebles afectados.
Los moderados son aquellos que edificios que presentan fracturas y daños estructurales menores, pero que no colapsaron, en este caso se encuentra 66 por ciento de los bienes contabilizados, mientras que los considerados menores son aquellos que no comprometen la estructura y estabilidad de los inmuebles, y que son 17 o 18 por ciento del total.
Los bienes, expuso, están concentrados en 11 estados, en tres de ellos hay unos 30 inmuebles afectados y en los ocho restantes se ubican unos 80 en cada caso. Los más afectados, dijo, son Puebla, Oaxaca, Morelos y el Estado México.
Sobre si existe un presupuesto estimado para la recuperación de estos espacios, Diego Prieto recordó que hay una estimación “muy preliminar” en la que se habla de unos 10 mil millones de pesos, que se ajustará conforme vayan avanzando los trabajos, que se estima tomarán unos tres años.
Sin embargo, acotó el director general del INAH, se espera que ya se empiece a arrojar resultados, “pues las comunidades quieren que se reanuden sus rituales”.
Explicó que se trata de un monto que no alcanza a ser cubierto por el Fonden, pero el INAH cuenta con un seguro que ampara daños a monumentos históricos y en general inmuebles de interés para el instituto.
“Estamos trabajando con los ajustadores para hacer una valoración objetiva, además hay el apoyo de fondos y fundaciones como la de Carlos Slim y Alfredo Harp”, señaló.
También, dijo, están en pláticas con el fondo que tiene la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y otros organismos, que no necesariamente aportarán recursos monetarios, sino las capacidades estratégicas para acometer las restauraciones más complejas.
Y es que, sin duda, expuso, se trata del evento más complejo en cuando a daños al patrimonio cultural, porque si bien se tenía el antecedente de los sismos de 1985 y los de 1999, en estados como Oaxaca, Puebla y Tlaxcala, el daño entonces no fue tan extenso como ahora ni representó colapsos tan graves, concluyó.
