PUEBLA, MÉXICO.- El último obstáculo por saltar para comenzar la operación del corredor comercial del Centro Histórico con el que ayuntamiento busca evitar el ambulantaje quedó salvado cuando regidores y funcionarios de la Secretaría de Gobernación Municipal (SGM) acordaron la tarifa que cobrarán a los comerciantes por ocupar los espacios en la vía pública: 5 pesos por cada metro cuadro o fracción, cada hora.
Así, si un comerciante paga su permiso para un espacio de un metro cuadrado por la jornada de un día pagarán en total 55 pesos, pues el horario que tienen permitido para la venta es de 9 de la mañana a 8 de la noche, durante cinco días a la semana con descanso obligado los lunes y los jueves.
Sin embargo, cuando la Secretaría de Gobernación Municipal planeó el otorgamiento de 330 espacios en el corredor que estará ubicado en la 12 Oriente-Poniente de la Norte a la 7 Norte y sobre la 3, 5 y 7 Norte entre la 12 y 14 Poniente, se calcularon que fueran de al menos 80 centímetros de pared a la banqueta y de 120 centímetros de ancho, por lo que un espacio así costaría 10 pesos por hora, es decir 110 pesos diarios, 550 semanales.
No hay que pasar por alto que aquel comerciante que pague su permiso optará por contar por los 2 metros cuadrados que tendrían el mismo costo que los espacios originalmente pensados de 80 por 120 centímetros toda vez que el costo sería el mismo.
Lo anterior fue informado ayer por el coordinador de regidores Oswaldo Jiménez López quien reconoció que existe la posibilidad de que una persona trámite un permiso ante la Tesorería y lo rente a un tercero, táctica que podrían utilizar los dirigentes de las diferentes agrupaciones que por años han ocupado espacios en el Centro Histórico para mantener su control pero asegura que la Secretaría de Gobernación Municipal estará al pendiente de que ello no ocurra, aunque al mismo tiempo dice desconocer el número de funcionarios que se dedicarán a estar estas eventuales supervisiones.
De cualquier forma todo está listo, dijo, para que el proyecto arranque a mediados del próximo mes. Ahora el reto será ver si los comerciantes en efecto aceptan reubicarse en el corredor y si los dirigentes de las agrupaciones ceden el control que se ha convertido en su modo vida para dar paso a una nueva forma de comercio en la ciudad.
