BRUSELAS, BÉLGICA.- Cada vez más menores de edad en el mundo emigran sin la compañía de familiares, exponiéndose a abusos, explotación o a la muerte en rutas peligrosas, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que se publicará este jueves en Bruselas.
El número de niños que emigran solos en todo el mundo se ha multiplicado por cinco desde 2010 y alcanzó la cifra récord de 300 mil entre 2015 y 2016, frente a 66 mil en los años 2010 y 2011.
“Esas cifras se refieren simplemente a una parte de los menores que cruzan fronteras sin acompañantes. El número total es probablemente mucho más elevado”, afirma el documento, titulado “Un niño es un niño”, al que tuvo acceso Notimex.
“Un número cada vez mayor de esos niños está empleando rutas altamente peligrosas, frecuentemente a merced de traficantes de personas”, que los hacen llegar a sus destinos “sólo para venderlos a la esclavitud y a la prostitución forzada”, señaló Unicef.
La agencia de policía europea (Europol) estima que 20 por ciento de “coyotes” que ha podido identificar tienen vínculos con redes de tráfico de personas.
El informe también cita una reciente encuesta de la Organización Internacional para la Migración (OIM), según la cual tres cuartos de los mil 600 migrantes de 14 a 17 años que llegaron ilegalmente a Italia afirman haber sido, en algún momento del viaje, detenidos contra su voluntad u obligados a trabajar sin remuneración.
Mary, una emigrante nigeriana de 17 años, cuenta que ha sido violada varias veces por el traficante que le ayudó a cruzar el desierto y llegar a Libia, de donde debería partir hacía Italia. “Me decía que si no me acostaba con él no me llevaría a Europa. Me ha violado”, cita el informe.
La frontera entre México y Estados Unidos es la que más concentra migrantes menores de edad sin compañía: allí fueron registrados 100 mil, del total contabilizado por Unicef en 2015 y 2016. Otros 170 mil se repartieron en 80 países diferentes.
En la llamada ruta mediterránea, que conecta el norte de África (Libia o Egipto) a Italia, 92 por ciento de todos los niños migrantes hicieron el viaje sin cualquier familiar en 2016, una proporción que era de 75 por ciento un año antes.
Según Unicef, muchas familias envían a los menores en el viaje migratorio por creer que un niño sin compañía tiene más posibilidad de conseguir asilo.
Entre los centroamericanos, una proporción “significativa” hace sólo el viaje con el objetivo de reunirse con familiares que ya se encuentran en Estados Unidos.
La falta de oportunidades de migración legal contribuye para el problema, denuncia Unicef. “Reunificación familiar, visados humanitarios, reubicación de refugiados y visas de trabajo o estudio están fuera del alcance de la mayoría”, afirma la agencia.
“No obstante, las barreras a la migración legal no impiden a las personas moverse, sólo las empujan a la clandestinidad. Donde quiera que familias y niños desesperados para moverse encuentren barreras, el contrabando de seres humanos prospera”, lamentó.
Unicef sostiene que lo datos compilados “justifican la necesidad de un sistema global de protección” para mantener a esos menores de edad “a salvo de explotación, abusos o muerte”.
Para ello, propone un plan de seis puntos, centrado en la prohibición de la detención de niños migrantes o refugiados y la concesión de estátus legal que les permita ser reunidos con sus familias.
“Los líderes del G-7 que se reunirán la próxima semana (en Italia) deberían liderar ese esfuerzo y ser los primeros a comprometerse con nuestra estrategia de seis puntos de acción”, urgió el director ejecutivo adjunto de Unicef, Justin Forsyth.
“Todos los niños, independientemente de su estátus legal, nacionalidad o apatridia, tienen el derecho de ser protegidos de daños, de recibir servicios esenciales como atención médica y educación, estar con sus familias, y tener sus mejores intereses como guía en la decisiones que les afectan”, abogó.