MOSCÚ, RUSIA.- El bloguero ruso Ruslán Sokolovski fue condenado a tres años y medio de prisión suspendida por incitar el odio y ofender los sentimientos religiosos de los creyentes, tras publicar el año pasado un video en el que se le veía jugando “Pokemon Go” en una iglesia cristiana ortodoxa.
La corte de la ciudad de Yekaterinburgo, a unos mil 400 kilómetros al este de Moscú, informó que la pena contempla un período de prueba de tres años durante los cuales Sokolovski podría ingresar en prisión para el cumplimiento efectivo de la pena en caso de que incurra en un nuevo delito.
La Fiscalía acusó al bloguero, de 22 años de edad, de violar el derecho a la libertad de credo, pero también de otros dos cargos: instigar al odio y de posesión ilícita de un “dispositivo técnico especial, un bolígrafo espía con cámara oculta hallado durante el registro de su domicilio.
Durante el juicio, Sokolovski se declaró inocente y aseguró que el bolígrafo espía no es suyo y que en ningún momento quiso herir los sentimientos de los creyentes, reportó la agencia rusa de noticias Sputnik.
Según la Fiscalía, una decena de videos publicados por Sokolovski en el portal YouTube ofenden los sentimientos de las comunidades cristiana y musulmana, además de instigar el odio por motivos sociales y religiosos, particularmente hacia la Iglesia Ortodoxa de Rusia y su máximo jerarca, el patriarca Kiril.
En uno de sus videos, Sokolovski aparece jugando al Pokémon Go durante un servicio religioso en la catedral de Ekaterimburgo, construida en el lugar de la ejecución en 1918 del último zar de Rusia Nicolás II y de su familia.
Sokolovski, autodefinido como ateo, fue detenido en septiembre de 2016 después de publicar un video titulado “Cazando pokémones en la iglesia”, en el que calificaba a Jesucristo del “pokémon más raro” y se lamentaba no haberlo conseguido.
La justicia rusa suele ser severa a la hora de condenar actos que considera insultantes contra templos y los símbolos religiosos.
En febrero de 2012, cinco integrantes del grupo Pussy Riot irrumpieron en la catedral moscovita de Cristo Salvador e interpretaron una “oración punk” que, entre otras cosas, decía “Madre de Dios, echa a Putin”. Medio año después, tres de ellos fueron condenados a dos años de prisión por incitar al odio.