MÉXICO.- A pesar que de los ataques con ácido a mujeres se han presentado con mayor frecuencia en México, autoridades judiciales y de salud no cuentan con registros oficiales sobre las agresiones, además las sustancias con que se cometen los agravios no están reguladas.
El caso más reciente fue el de la saxofonista, María Elena Ríos Ortiz, quien el pasado 9 de septiembre fue atacada con ácido en su domicilio ubicado en el municipio de Huajuapan de León, Oaxaca.
La joven de 26 años se encuentra internada actualmente en el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (Ceniaq) del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) en la Ciudad de México, pues sufrió quemaduras por el agente químico en extremidades superiores, cara y tórax y hasta el momento ha sido operada en tres ocasiones.
En este caso el presunto autor intelectual del ataque ha sido señalado como un exdiputado local del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con quien la víctima mantuvo una relación laboral y sentimental. Sin embargo, a pesar de existir videos de pruebas del autor material no hay detenidos.
De acuerdo con la asociación Acid Surviviors Trust International (ASTI) al año ocurren mil 500 ataques con ácido en el mundo, de los cuales 80 por ciento es contra mujeres por lo que se considera un tipo de violencia de género. Además, sólo el 40 por ciento de los casos se denuncia.
ASTI señala que el 90 por ciento de los atacantes son hombres y en su mayoría tienen alguna relación con la víctima. El mayor porcentaje de ataques ocurre en países en vías de desarrollo, como Bangladesh o India, Colombia o Haití, aunque también pasa en Inglaterra o Estados Unidos.
En México como en los demás países, los ataques con ácido no se denuncian regularmente y sólo cuando el caso se hace mediático se da cuenta del asunto.
En mayo de este año en Aguascalientes, Sandra Verónica Aguilar y su hijo fueron agredidos con ácido muriático por su expareja, Javier Otero, quien tras el ataque ingirió el líquido y murió más tarde en un hospital. Pero Sandra Verónica Aguilar y su hijo presentaron quemaduras superficiales en brazos.
Por otra parte el 2 de diciembre de 2018, Esmeralda Millán de 24 años y su madre Verónica de 43, originarias de Cuautlancingo, Puebla, fueron atacadas con ácido corrosivo por Fidel “N” de 28 años quien era ex pareja sentimental de la joven,
A la madre el ácido le provocó lesiones en las manos, pero a Esmeralda le desfiguró la cara, el cuello y pecho, además de casi perder un ojo. El 13 de diciembre de 2018 la Fiscalía de Puebla detuvo al agresor y se le imputó el delito por tentativa de feminicidio y lesiones.
Otro de los casos ocurrió el 12 noviembre 2018, en la Ciudad de México, cuando Helena Saldaña Aguilar, de 23 años, fue atacada por una supuesta vendedora de gelatinas afuera de las puertas de su casa en la alcaldía Iztacalco.
El rostro de Helena quedó desfigurado y tuvo quemaduras de segundo y tercer grado en varias partes del cuerpo, perdió la visión en el ojo derecho y ha pasado por 25 cirugías reconstructivas.
Un caso más es el de la colombiana Kenny Finol, una escort de 26 años, que fue hallada muerta en Ecatepec, Estado de México, cuyo asesino le roció el rostro con ácido antes de matarla.
También el 20 de febrero 2014 en la Ciudad de México, María del Carmen Sánchez fue atacada con ácido en su casa por su ex pareja tras negarse a regresar con él. La víctima sufrió daños en su cara, cuello y pecho, con el riesgo de perder un ojo por las lesiones.
En México y el mundo las agresiones de este tipo son cada vez más frecuentes. Colombia tiene aproximadamente 100 ataques registrados al año y con una población de alrededor de 48 millones, esto hace que los ataques en Colombia sean uno de los más altos per cápita.
Ahí han aprobado leyes para controlar la venta de ácido y aumentar el castigo de los perpetradores, cualquiera que use algún tipo de agente químico para dañar físicamente a otra persona recibirá una pena mínima de 12 años de prisión. Si la víctima está desfigurada permanentemente, la sentencia será de hasta 50 años.
Mientras en México el 14 de noviembre el Congreso de la Ciudad de México aprobó reformas al Código Penal para aumentar las penas cuando a una mujer se le infrinjan lesiones por sustancias corrosivas.
Las penas irán de nueve a 12 años de prisión y la sanción aumentará cuando el ataque sea por razones de género, cuando quien provoque las lesiones tenga un lazo familiar cercano con la víctima, así como en los casos en que las lesiones se consideren infames, degradantes o mutilantes.
Luego el 6 de diciembre la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó la creación de un nuevo tipo penal en referencia a lesiones en razón de género, aquí las penas van de los 10 a 15 años de prisión y aumentarán en dos tercios si se usan sustancias corrosivas.
No obstante, la venta de ácido a nivel federal no está regulada y se puede conseguir sin restricciones, incluso comprar por internet.
Los ácidos clorhídrico, nítrico y sulfúrico son agentes oxidantes y corrosivos que se emplean en la fabricación de fertilizantes, colorantes, perfumes y medicinas, así como limpiadores de drenajes y baterías de automóvil. Estos son dañinos para la salud pues producen irritación en ojos, piel y las membranas mucosas.
La ASTI señala que el ataque con estas sustancias tiene como finalidad desfigurar, marcar, lisiar o cegar a la víctima pues en pocas ocasiones se produce la muerte.