PUEBLA, MÉXICO.- Para lograr el acercamiento de los libros a la gente, sobre todo en la infancia, el trabajo de los mediadores de lectura es fundamental, por lo que éstos deben mantenerse en una capacitación constante; sin embargo, la labor que ejercen quienes se preocupan por generar comunidades lectoras suele no reconocerse y pasar desapercibido, así considerado por la mediadora de lectura Michelle Silveira.
La tallerista, quien recientemente impartió una capacitación de círculos de lectura en el Patio de los Azulejos como parte de las actividades del Fandango por la Lectura que organiza la Secretaría de Cultura federal, mencionó a LEVIATÁN que la mediación de lectura apuesta por generación de comunidades lectoras, donde “se plante la primer semilla” para que en un futuro sean las comunidades mismas las que se alleguen a los textos.
Para ello, destacó como muy importante la formación de un mediador de lectura, ya que ellos ofrecen estrategias de mediación, acercar los libros de otras maneras, generar diálogos con personas que no habían tenido la oportunidad de tener este acercamiento con libros y detonar otras maneras de encontrarse en estos espacios.
A pesar de la ardua labor que ejercen, ésta suele pasar desapercibida, porque sucede en entornos íntimos como pequeñas comunidades que no están tan visibles, la gente hace comunidad lectora en sus casas, en plazas públicas o en mercados; aunado a ello, se trata de un trabajo voluntario de “en el que ni ellos cobran y se les paga ni nada: “entonces, es gente que se reúne periódicamente y que no están tan a la vista pero que hay trabajo ahí que la gente está haciendo”, señala.
Por lo anterior, Michelle Silveira reiteró que la formación de los mediadores de lectura en talleres de capacitación, es fundamental, como la que impartió este fin de semana, el cual consistió en una sensibilización y dar herramientas básicas para generar una comunidad lectora y tener conocimiento sobre mediación de lectura.
Finalmente, indicó que “las personas somos lectoras de mundo” que son capaces de crear comunidades lectoras en donde el acercamiento al libro es distinto y hay un diálogo con otros además colectivo.
“Hace falta difusión, quizá hacer más visible que están estos talleres, que la gente de boca en boca, como dicen, diga que están estos talleres y se acerque a las áreas de cultura de cada estado para que se sumen. Que la gente vaya y diga ‘quiero estar en círculos de lectura o en salas de lectura'”.