PUEBLA, MÉXICO.- La violencia se ha naturalizado, y aunque en todas las sociedades ha habido violencia y asesinatos, lo que sucede ahora en México sale de los parámetros de lo que podría llamarse normal, sobre todo desde 2006 cunando empezó una ola ascendente que no se ha detenido, así lo menciona el académico Miguel Calderón Chelius.
En México como en todas las sociedades siempre ha habido violencia y asesinatos, es una circunstancia que sería casi inevitable, sin embargo destaca cómo en esta sociedad el hecho se ha naturalizado, consideró el coordinador de la carrera en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana, Calderón Chelius, al participar en la presentación del libro La Tropa, de los periodistas Daniela Rea y Pablo Ferri.
Señaló que casi 12 años de guerra contra las drogas en México han provocado la muerte de más de 125 mil personas, que 30 mil sigan desaparecidas y que más de 250 mil hayan sufrido desplazamiento forzado.
Los datos oficiales actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) detallan que en agosto se registraron 2 mil 966 casos de homicidio doloso, y 88 víctimas de feminicidio, lo que representa un promedio de entre 98 y 99 personas asesinadas todos los días.
2018, EL AÑO MÁS VIOLENTO
El año pasado fue el más violento en la historia contemporánea de México. De las 34 mil 202 personas asesinadas en todo 2018, 33 mil 341 corresponden a víctimas de homicidio doloso y 861 a mujeres víctimas de feminicidio. Estos datos significan que durante el año pasado fueron asesinadas en promedio casi 94 personas todos los días, un aproximado de 4 personas asesinadas violentamente cada hora.
Conforme a ello, el representante de la planta REI señaló que lo anterior revela datos, mientras que existiría de trasfondo una problemática que estaría fuera de cualquier estadística:
“Estamos hablando de algo que no es normal, está fuera de cualquier estadística. A partir de 2006 se desata en México una cadena de violencia, una espiral ascendente que no ha parado de subir (…) y tenemos un conjunto de elementos de naturalización de la violencia que es increíble cómo nos hemos ido acostumbrando”.
Chelius explicó que existen distintas clases de victimarios: por un lado estaría el crimen organizado, los secuestradores, el narcotráfico; mientras que por otro lado están aquellos que proviene de instituciones, quienes tendrían que dotar de seguridad (Policía municipal, estatal, federal, ministerial y el Ejército).
Frente a la situación, el académico mencionó que sólo queda la indignación de cuando estos últimos victimarios matan no por estar en medio del conflicto sino por “daños colaterales”, hecho que describió como un acto siniestro.
