A lo largo de nuestras vidas nos han dicho que hay que ser buenas personas para que, cuando nos muramos podamos llegar al “cielo”. Sin embargo, ¿qué pasaría si en realidad fuéramos malas personas, lo supiéramos, y aun así recibimos este premio eterno?
Esto que parece una pregunta demasiado compleja es la premisa de The Good Place, una serie de comedia que con capítulos de media hora te hace reír, reflexionar y aprender sobre filosofía, sin intentar ser moralista. En pocas palabras, una verdadera joya.
En el primer capítulo vemos a Eleanor, interpretada por Kristen Bell, que se despierta en el Buen Lugar (de ahí el nombre de la serie), y le explican que ella logró entrar porque a lo largo de su vida juntó la cantidad necesaria de puntos, que es la forma en la que se mide qué tan buena o mala es una persona. Cada cosa que uno haga le puede abonar o restar en su puntaje para llegar al Buen Lugar o al Mal Lugar.
Sin embargo, Eleanor se da cuenta que ella no es la persona que todos piensan, y que hubo una confusión en el sistema, por lo que se apoya de su “alma gemela”, Chidi, quien en vida fue profesor de filosofía, para aprender a ser una buena persona y evitar ser descubierta.
Si bien así empezó la serie en 2016, al final de la tercera temporada hace unos meses la historia había cambiado por completo, mejorando con cada capítulo y consolidándose, en mi opinión, como una de las mejores series de comedia que se han hecho.
Esto no es gratuito, pues la serie fue creada por Michael Schur, nombre que tal vez no represente mucho hasta que uno se da cuenta que fue parte del equipo creativo de la versión americana de The Office y es el creador de Parks and Recreations y Brooklyn Nine-Nine, es decir, este hombre sabe lo que hace y lo hace bien.
Y esto se ve reflejado en The Good Place, desde el guión hasta la producción, que hacen que uno no pueda dejar de ver la serie, y esto lo digo porque a dos personas que se las recomendé de manera obsesiva se echaron todos los capítulos en menos de dos semanas.
Pero claro, en muchas ocasiones un buen concepto de una serie de comedia depende de la química de los actores, y el elenco principal creo que es lo que más ayudado al crecimiento de The Good Place.
Junto con Kristen Bell y Ted Danson, aprecen D’Arcy Carden como Janet, una representación física de una inteligencia artificial que contiene todo el conocimiento del universo, William Jackson Harper, como Chidi, el alma gemela de Eleanor, Jameela Jamil y Manny Jacinto, son personajes tan dispares y distintos, desde lo físico hasta lo emocional, pero que encajan como piezas perfectas de un rompecabezas.
Es complicado poder hablar acerca de la grandeza de la serie, pues la primera temporada tiene un final brillante que cualquier cosa que se diga de lo que pasa en la segunda y tercera temporada podría arruinar la sorpresa, sólo puedo decir que, al igual que Eleanor, no pude evitar gritar “Holy mother forking shirt balls!”