MÉXICO.- La vulnerabilidad, el abandono y la pobreza son algunos de los factores que inciden en el incremento de embarazos de niñas y adolescentes en el país menores de 15 años de edad, y no por una decisión o un acto deliberado, informó la organización Ipas México.
En un comunicado, explicó que de acuerdo con su estudio “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos”, que analiza las condiciones en las que se dan esos casos, determinó que la violencia de género, en específico la sexual, es uno de los factores que determinan esta problemática.
Señaló que es común que se considere que el embarazo infantil es consecuencia de actos deliberados en los que deciden comenzar su vida sexual en edades tempranas, de falta de información de salud sexual o al no poder acceder a métodos anticonceptivos.
Sin embargo, puntualizó, de acuerdo con los resultados del estudio una buena parte de los embarazos en niñas y adolescentes menores de 15 años “no son resultado de decisiones o ‘actos deliberados’ en los que las menores tienen la capacidad para consentir o disentir el acto sexual”.
La investigación arrojó que se trata de condiciones ajenas al control de las menores, tales como vulnerabilidad, abandono, abuso, relaciones dispares de poder, marginación y pobreza, entre otras, en las que se les retira la posibilidad de negarse al acto sexual, lo que además provoca una grave violación a sus derechos, abundó la directora de la organización en México, Eliana Olaizola.
Ipas México, organización mundial sin fines de lucro dedicada a incrementar la capacidad de las mujeres para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, detalló que la metodología utilizada por este estudio tomó como base el cruce y el análisis de bases de datos de encuestas, diagnósticos y estadísticas nacionales.
La investigación evidencia además que la diferencia de edad entre las menores de 15 años embarazadas y los hombres responsables del embarazo es significativa.
Así, 70 por ciento de las niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años que tuvieron un hijo nacido vivo reportaron que el padre tenía entre 18 y 78 años, ello, al considerar datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) y de la Estadística de Nacimientos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por lo anterior, la organización expuso que no se trata de adolescentes teniendo relaciones sexuales con adolescentes, sino de niñas siendo coercionadas por adultos mediante el uso de la fuerza física o moral.
Otros hallazgos de la investigación con que de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (Endireh), 4.4 millones, es decir, 9.4 por ciento de las mujeres encuestadas, sufrieron abuso sexual durante su infancia.
Además, ocho de cada 10 agresores son conocidos de las víctimas, mientras 67 por ciento apuntó a familiares, como padres, padrastros, y primos, abundó al señalar que, al considerar el Diagnóstico sobre la Atención de la Violencia Sexual en México, se estima que entre 2010 y 2015 se cometieron casi tres millones de delitos sexuales.
Reveló que el número de embarazos en niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años en el país registra incrementos desde 2003, aunque la cifra más alta se observó en 2016, con 11 mil 808.1 casos registrados.
En ese sentido, Olaizola consideró necesario implementar acciones específicas en materia de salud, educación y procuración de justicia para identificar y atender situaciones de violencia sexual detrás de cada embarazo infantil.