MÉXICO.- La novela corta es un género literario idóneo para leer en la red, en la cual de enero a octubre de 2024 la biblioteca virtual universitaria sobre el tema tuvo 100 mil descargas, informó la coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán Álvarez.
“Se trata de uno de los géneros más interesantes en la literatura en nuestra lengua, que Gustavo Jiménez Aguirre ha escudriñado con una dedicación que nadie más hubiera tenido”, afirmó.
Durante la inauguración del Coloquio Internacional “La novela corta en Hispanoamérica. Crítica y creación: siglos XIX al XXI”, Miguel Armando López Leyva, coordinador de Humanidades de la UNAM, destacó que no son pocas las autoras y autores que han reflexionado sobre la definición y los alcances de este género literario a lo largo de los últimos siglos.
Recordó que se trata de un texto de dimensiones intermedias, cuyo indicador es el número de palabras de 20 mil a 30 mil, según algunos autores.
Es fascinante por sí sola, de convocatoria extensa debido a que tiene eco en la formación en todos los niveles educativos, en la cultura popular (con obras como Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Aura, de Carlos Fuentes; y Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco), en la industria editorial y en la experiencia de cada persona que se acerca al género desde la lectura, la crítica hasta la creación, acotó.
COMPRIMIR EL TIEMPO
En la cultura occidental europea y en los países del norte del mundo, el manejo del tiempo en la literatura es lineal y los sucesos ocurren uno a uno de forma consecutiva, generalmente con un final de toma de conciencia. Esto se modifica drásticamente en las de América Latina y el Caribe, donde el tiempo está centrado en las pasiones y no en la cabeza, con historias comprimidas que dan otra concepción del tiempo.
Lo anterior lo aseguró Mayra Santos-Febres, escritora y académica afrocaribeña, investigadora de la Universidad de Puerto Rico, quien ofreció la conferencia inaugural del Coloquio, titulada “Comprimiendo el tiempo: novela corta y ancestralidad en Fe en disfraz, Pedro Páramo y Aura”.
En la sesión moderada por Rosa Beltrán, la invitada remarcó que en América Latina y el Caribe no hemos acabado de contar nuestras cosmogonías, nuestro pasado de genocidio, esclavitud, colonialismo, deshumanización, desvalorización y exterminio.
Subrayó que en Pedro Páramo, Rulfo logra una obra breve y escueta que usa el tiempo de los muertos, y la muerte como origen, en un tiempo cíclico de la narración.
“Tenemos una particular comprensión del tiempo por nuestra concepción específica de narrar historias silenciadas”, aseveró.