MÉXICO.- Nunca en mi pueblo supe que, hace 500 años, habían llegado otros personajes, otros seres”, dice Filogonio Naxín, indígena mazateco nacido en Mazatlán Villa Flores, Oaxaca, en 1986, quien al entrar a la escuela primaria sin hablar español y para no ser discriminado, comenzó a trazar grafías. Desde entonces, su primera escritura fue el dibujo, su segunda lengua después del mazateco.
Así lo presenta el antropólogo Iván Pérez Téllez en el catálogo de obra de la serie 1521-2021. A sólo 500 años, Filogonio Naxín, en el que el artista plasma una de tantas versiones indígenas en torno a la invasión de México-Tenochtitlan; su propia visión del hecho histórico, del cual conoció hasta su edad adulta.
En el marco de la 33 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el catálogo fue comentado este 12 de octubre, una fecha que simboliza resistencia para los pueblos indígenas, dijo Filogonio Naxín, en el patio central del Museo Nacional de Antropología (MNA) donde, en fechas próximas, su obra será integrada a las salas de etnografía.
La publicación reúne 43 obras gráficas que, desde la mirada indígena, plasman el conflicto armado, el encuentro de culturas, los dioses, la ciudad antigua enterrada por la modernidad, elementos actuales combinados con pasajes históricos y la muerte siempre presente; de la serie 20 son monotipos, creados en el taller Hoja Suelta; 23 piezas están hechas en collage, las cuales narran, a manera de historieta, la relación entre Cortés y la Malinche.
La obra gráfica va acompañada de textos escritos por Andrea Paasch, Hermann Bellinghausen, Horacio Franco, Irma Hernández, Iván Pérez Téllez, Natalia Gabayet y Yásnaya Aguilar Gil, quienes sumaron su pensamiento a los trazos y colores. La presentación es del investigador en la Subdirección de Etnografía del MNA, Juan Pablo García Urióstegui.
La obra de Filogonio Naxín ha sido expuesta en centros culturales, galerías y museos mexicanos, entre ellos, el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, adscrito al INAH, con texto curatorial del escritor Alberto Ruy Sánchez. En febrero de 2020, la Coordinación de Difusión Cultural de la Facultad de Estudios Superiores, Acatlán, de la UNAM, abrió sus puertas a la exhibición El mundo de Naxín, presentada por el antropólogo Alfredo López Austin (1936-2021).
Naxín “supo de la llegada de los españoles ya de adulto, e investigó el tema por cuenta propia; pero la noción de pertenecer a un país que fue invadido, no fue parte de su educación, ni en su casa ni tampoco en la escuela, lo cual le parecía un mito”, expresa la curadora de arte Andrea Paasch, tras destacar que “el collage es el medio en que el autor utiliza su sentido del humor con mayor libertad, para hacer evidente su crítica a problemáticas históricas y sociales.
“El primer día que Filogonio fue a la escuela se sentó en la última fila del salón de clases. Sacó su cuaderno y, con lápiz en mano, clavó la cabeza en él. Parecía que no perdía detalle y anotaba todo lo que explicaba el profesor rural”, escribe el periodista Memo Bautista en un texto incluido en el catálogo, a manera de semblanza; sin embargo, el niño no entendía nada de aquella lengua extraña: el español. Hasta entonces Naxín pensaba que el mazateco era el único idioma en el mundo, así que se refugió en la libreta y comenzó hacer rayones.
“Yo entendí bien el español a la edad de 10 años, pero al no entenderlo, pintaba y dibujaba”, narra Filogonio Naxín a Memo Bautista. El joven mazateco emigró a la Ciudad de México, donde trabajó como taquero, cajero de una tienda departamental, vigilante en una plaza comercial y en un edificio en Polanco.
Su buen trazo llevó al artista a terminar la carrera de Artes Plásticas y Visuales en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Ha trabajado en las comunidades marginadas de su estado, dando talleres a niñas, niños y jóvenes; hoy, uno de los objetivos de su trabajo es que este sector de la población, que se encuentre en situación vulnerable, tenga acceso al arte.