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Cicloenvíos, emprendimiento ecológico de mensajería que hace frente a la pandemia

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- “La Vampirella”, “Oldie”, “Ciruela”, “Francine” o hasta “Nudie” y “Cherry”, son las bicicletas que encapsulan el miedo y se arriesgan a pedalear en las calles de Puebla en medio de la pandemia del nuevo corononavirus, para hacer entrega de paquetes a domicilio a quienes están en confinamiento.

Aunque también pueden ser “Mamalona”, “Cielito Lindo”, “Cuerpo de Uva”, “Puro Hueso”, “Blue Demon”, “Purple Rain”, “La Chida” o “Gallo Rojo” las bicis que además de llevar el paquete entregan confianza y mensajes de aliento frente a un panorama que luce incierto justo en el punto más alto del contagio de Sars-Cov-2 para el estado.

Así es como ha vivido el día a día desde el inicio de la contingencia sanitaria el equipo del proyecto poblano Cicloenvíos, una empresa de mensajería y paquetería enfocada a promover conciencia ecológica a través del uso de la bicicleta como herramienta de trabajo, el cual crea fuentes de empleo, procura el consumo de pequeñas empresas locales y mejorar la movilidad en la ciudad.

INFORMACIÓN, CURA FRENTE AL MIEDO 

Aunque el miedo se apoderó de los miembros del equipo de trabajo al inicio de la contingencia, la mensajería se catalogó como parte de los servicios esenciales aún con la entrada de la Fase 3 del Covid-19, por lo que los integrantes de Cicloenvíos no pudieron dejar de pedalear como la mayoría de la población, así lo narró a LEVIATÁN Armando Amaro, director del proyecto ciudadano.

“Cuando empezaron las noticias de la pandemia surgieron vario temores, de hecho nadie quería hacer recolecciones o entregas en Lomas de Angelópolis o La Vista, donde surgieron más noticias de que había contagios”.

Sin embargo, con una reducción de la movilidad en Puebla cercana al 65 por ciento debido al cierre de comercios, negocios, oficinas y otro tipo de establecimientos y la gente confinada a sus casas, este tipo de servicios son los que lograron que la gente se quede en casa, y continuarán al menos hasta la tercera semana de junio, periodo que el gobierno estatal estableció como de Alerta Máxima para el confinamiento y sana distancia.

El uso de cubrebocas, medidas de limpieza, higiene en exceso pero sobre todo el acceder a información, fueron los elementos que se convirtieron en socios de la pequeña empresa que lleva cinco años rodando en la ciudad: “Nos fuimos informando, bastó con que fuéramos extremando las medidas de higiene y limpieza y bajó la incertidumbre”.

Además de ello, para Armando lo más importante durante este periodo de crisis ha sido “la confianza que la gente ha depositado en nosotros”, pues además de pedidos “también nos han mandado a dar sus muestras de cariño a distancia ahora que no se pueden ver, o porque los hijos están en otra ciudad hasta en otro país; nos pedían que escribiéramos una carta o que le dijéramos cierta cosa a la mamá al entregar. Creo que estas cosas más personal hacen que la gente pueda confiar más en nosotros”.

INFRAESTRUCTURA CICLISTA DE CARA A LA “NUEVA NORMALIDAD”

El uso de la bicicleta es uno de los medios de transporte por los que más se apuesta de cara a la “nueva normalidad” que se avecina al finalizar la cuarentena, una iniciativa que aprobó Armando Amaro al señalar que ésta favorece la movilidad, contribuye a la salud urbana, su emisión de dióxido de carbono es nula y además cumple con los requisitos de la sana distancia.

“Nosotros siempre hemos abogado por el empleo de medios más seguros para la ciudad, para el medio ambiente, responsables con el planeta y para esta nueva normalidad creemos que es algo que pueda funcionar mucho, pues como sólo va de a uno se crea un espacio entre ésta y otras personas, además el recorrido es más continuo, hay mejor salud para quien se mueve en la bicicleta. Hay varias cosas a favor de usarla como medio de transporte en esta nueva normalidad”.

En el marco del Día Mundial de la Bicicleta, que se celebra cada 3 de junio, el ciclista consideró que hasta ahora la infraestructura para este transporte en la ciudad “ha sido pobre, mal aplicada y peligrosa en ciertas ocasiones”, sin embargo se concentró en señalar puntos más generales que autoridades deberían considerar so pretexto la entrada de la “nueva normalidad”:

“Más que enfocarse en lo que falta en infraestructura o lo que se ha hecho mal, algo en lo que coincidimos tanto ciclistas como peatones y automovilistas es el estado de las calles: banquetas en mal estado, baches en las calles, coladeras mal instaladas, faltantes de registros, es algo que nos afecta a todos los que usamos la calle”.

Con baches o sin ellos, con la población en confinamiento o no, el equipo de Cicloenvíos sigue pedaleando y continuará apostando por una movilidad ciudadana más sana ya que cada vez más el parque vehicular crece, el tráfico se entorpece y la contaminación ambiental aumenta.

Ahora el proyecto cuenta con 23 colaboradores que recorren entre 40 a 80 kilómetros diarios repartiendo pedidos en las zonas de San Andrés y San Pedro Cholula y la ciudad de Puebla, para quienes la bicicleta no sólo es una herramienta de trabajo y transporte, pues se ha convertido en una compañera de aventuras, de viajes y de grandes anécdotas.

“Al final no representa nada más una herramienta de trabajo o un medio de transporte, para muchas personas va un poquito más allá porque es un acompañante de viajes”.

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