- Daniela Tarazona, Alberto Chimal y Bernardo Esquinca realizaron una charla sobre su acercamiento a ese género
MÉXICO.— Traspasar los límites partiendo de los aspectos de la realidad es una de las características principales de la literatura de lo extraño, opinó la escritora, Daniela Tarazona, en una conversación que incluyó también a los autores, Alberto Chimal y Bernardo Esquinca. Tarazona mencionó que el actual virus que ha provocado la cuarentena es un ejemplo de cómo lo extraño no puede verse pero aún así encuentra maneras de manifestarse en lo cotidiano.
Esquinca recordó al escritor Thomas Ligotti, quien planteó que hoy en día vivimos en un mundo donde el asombro se ha perdido. El autor de La octava plaga mencionó que la misión de la literatura de lo extraño es recordar el asombro para sentirlo más a menudo y así alejarse de las cosas ordinarias. Se declaró como un autor no interesado en la realidad sino dedicado a crear mundos diferentes.
La interacción con el público fue muy fluida, con preguntas que por momentos hicieron a los autores guardar silencio para analizar y saber qué responder; dudas sobre sus procesos creativos, las distintas dimensiones que posee lo extraño y recomendaciones de títulos fueron las intervenciones durante su conversación.
Tarazona explicó que su escritura nace de un deseo por fugarse de la realidad; señaló que leer El mago de oz fue muy importante para ella pues le permitió quebrantar el orden de lo real. Comparó la lectura como túneles que la llevan a un sitio distinto y se dijo muy interesada en la psicología de los personajes, especialmente cuando se muestran “desbaratados”.
Chimal mencionó que la narrativa de lo extraño anticipa situaciones sobre la ruptura de una visión del mundo y lo comparó con la situación actual. “Lo que estamos viviendo ahora, todos como especie, es algo que ya vivían los personajes de nuestras obras”.
Esquinca reveló que actualmente no trabaja en ninguna novela, pues necesita que pase la contingencia para ver la necesidad de volver a concentrarse. Negó tomar notas cuando desarrolla una nueva idea, a diferencia de Chimal, quien aclaró las utiliza para precisar y darle sentido a sus formulaciones. El autor de Los niños de paja añadió que sigue trabajando en la saga Casasola; de la que está en la parte de investigación ya que será una novela histórica. Anticipó la aparición de un nuevo libro de cuentos, cuya publicación se detuvo por la pandemia.