- En su origen, la palabra no tenía la conotación que ahora se le da
MÉXICO.— El libro Herejía, coordinado por la investigadora emérita del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Yolotl González, aborda los momentos en la historia en que empezó a llamarse herejes a quienes disentían de los grupos en el poder.
El volumen, que fue presentado en el Centro de Estudios de Historia de México Carso, recuerda que en su origen esta palabra no tenía las connotaciones negativas que adquirió con el paso de los siglos, ya que la palabra herejía sólo significaba, en griego, “realizar una elección particular frente al consenso de la comunidad”.
En un comunicado de prensa, el INAH explicó que el libro reúne siete artículos que abordan el concepto de lo herético, remontándose a la historia y los diversos cismas de la temprana cristiandad, pero también desde sus equivalencias en el judaísmo y el islam. En el capítulo inicial, la historiadora Mar Marcos aborda la dificultad que los estudiosos encuentran al momento de hallar una definición para conceptos como herejía, ortodoxia y heterodoxia.
En el capítulo siguiente, la socióloga Esther Shabot escribe sobre “La crisis de las instituciones religiosas dentro del judaísmo”. Más adelante, el catedrático en historia antigua, José Fernández, aborda el debate álgido respecto a si el emperador Constantino se convirtió realmente en un ferviente cristiano o si su apoyo a esta religión realmente tuvo un trasfondo político.
El volumen continúa con un capítulo sobre “La unidad de la Iglesia y la unidad imperial: una cuestión de obispos”, de Roberto Sánchez Valencia; en otro el historiador Ramón Teja Casuso analiza el modo en que el escritor y filólogo español Marcelino Menéndez Pelayo se vio imbuido en ideas de desprecio a la mujer, que la creían incapaz para el pensamiento racional y teológico, en oposición a una proclividad hacia el pecado.
El libro cierra con dos artículos: uno dedicado al estudio de los primeros años del culto islámico y, que, además, intenta identificar las fuentes existentes acerca de la vida del profeta Mahoma, escrito por Serafín Fanjul, y el último, de Arturo Ponce, trata de “Los ‘alawíes (nu?ayríes)”, secta cuyos adeptos residen mayormente en Siria, donde han adquirido un poder social y político notable.
