Tus anuncios en TikTok están contaminando el planeta.
Así como lo lees. Cada que ves ese video de 15 segundos con una influencer bailando y promocionando una crema facial, se libera una pequeña cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera. Ahora imagina eso multiplicado por miles de millones de visualizaciones diarias. Bienvenidos a la nueva era: la contaminación publicitaria.
TikTok —sí, la app de videos virales que parecía inofensiva— acaba de dar un giro inesperado al asociarse con Scope3, una plataforma especializada en medir las emisiones de carbono en la cadena de suministro digital.
El objetivo: permitir que las marcas sepan cuántos gramos de dióxido de carbono genera su publicidad en la plataforma. Pero ¿por qué este movimiento? ¿Qué sabe TikTok que aún no hemos querido asumir?
La alianza pone sobre la mesa algo crucial: los anuncios también contaminan, y no estamos hablando de la contaminación visual. Nos referimos a emisiones indirectas, conocidas como “emisiones de alcance 3”, que afectan no solo a la plataforma, sino a cada empresa que decide invertir ahí.
¿Esto cambiará la forma en que se compran y venden campañas publicitarias digitales? ¿Estamos preparados para exigir sostenibilidad incluso en el clic más banal?
La nueva herramienta de Scope3 mide con precisión las emisiones generadas por cada formato de anuncio en TikTok, lo que abre la puerta a campañas más conscientes, optimizadas y limpias. En términos prácticos, las marcas ahora podrán comparar el impacto ambiental de una campaña tanto como su rendimiento en clics o conversiones.
En medio de este cambio, TikTok reafirma su meta de ser neutral en carbono operativo para 2030, y se compromete a operar con electricidad 100 por ciento renovable, como ya sucede en su nuevo centro de datos en Noruega.
Puede que el contenido sea efímero, pero su huella ambiental no lo es. En un ecosistema donde la atención lo es todo, tal vez sea hora de que las marcas empiecen a preguntarse: ¿cuánto contamina mi influencia?