¿Qué pasaría si la red social del futuro no se alimentara de fotos ni de publicaciones de humanas, sino de imágenes generadas por inteligencia artificial?
Medios especializados revelaron que OpenAI está desarrollando su propia aplicación para red social, y el centro de gravedad no será la vida de los usuarios, sino los resultados que genera ChatGPT.
Sí, una red social construida sobre imágenes creadas por IA. ¿Qué significa esto para el ecosistema digital? ¿Está OpenAI buscando competir con X, la red de Elon Musk que ya alimenta a su chatbot Grok con datos en tiempo real?
Todo indica que sí, pero la jugada va más allá de una simple competencia por la atención.
Sam Altman, CEO de OpenAI, está preguntando en privado a expertos externos sobre este prototipo. El objetivo es claro: crear un flujo constante de contenido generado por usuarios (o más bien, co-creado con IA) que sirva como base de datos viva para mejorar las respuestas de sus modelos. ¿Y qué mejor manera de lograrlo que diseñando su propio campo de entrenamiento?
La pregunta incómoda es: ¿OpenAI quiere una red social para conectar personas o para entrenar a sus algoritmos con cada imagen que compartamos? La estrategia parece ser doble: por un lado, recabar datos de forma autónoma ante las crecientes restricciones de editores; por el otro, devolverle el golpe a Musk en esta rivalidad casi mitológica que comenzó cuando Altman se negó a cederle el control de OpenAI.
Musk no solo retiró su financiamiento, también lanzó xAI y demandó a su antiguo proyecto. Altman, por su parte, no se quedó callado y hasta bromeó con comprar Twitter. Pero más allá del drama de los titanes tecnológicos, lo esencial es esto: las redes sociales ya no son solo plataformas de interacción. Son fábricas de datos. Son alimento para la IA.
¿Estamos listos para publicar no lo que vemos, sino lo que la IA quiere que veamos? ¿Y si la próxima gran red social no buscara reflejar la realidad, sino imaginarla?
Tal vez, el futuro no será compartido. Será generado.