YouTube y su pelea vs lo fake - Leviatan

Fotografía: Especial

YouTube y su pelea vs lo fake

En COLUMNAS Arturo Manzano

¿Qué ocurre cuando la creatividad humana se ve eclipsada por la simulación perfecta? ¿Hasta dónde llega la libertad artística cuando se usa el rostro o la voz de alguien más sin permiso?

A estas alturas para nadie es desconocido que la inteligencia artificial (IA) avanza, y con ella, una inquietante paradoja: nunca habíamos tenido tantas herramientas para crear, ni tanto riesgo de ser falsificados. Por eso, el reciente anuncio de YouTube de apoyar la ley NO FAKES de 2025 no solo marca un hito, sino que abre un debate urgente.

Esta iniciativa norteamericana busca responsabilizar legalmente tanto a quienes crean réplicas digitales no autorizadas, como a las plataformas que las alojan de manera deliberada. ¿No es justo exigir que las grandes tecnológicas también respondan por el contenido que propagan?

Casos recientes como la canción generada por IA con la voz de Drake, o el anuncio con un Tom Hanks simulado, incluso la presidenta Sheinbaum, con una supuesta promoción de bonos de Pemex, muestran un terreno resbaladizo: lo convincente se confunde con lo real, y la ética queda en segundo plano. ¿Cómo se protege la imagen pública cuando puede ser clonada con un click?

YouTube, al comprometerse con la ley NO FAKES, afirma que cree en el potencial de la IA, pero solo si se utiliza de forma responsable. Su nueva postura incluye herramientas de detección, un programa piloto que está a prueba con creadores influyentes y el respaldo a la ley TAKE IT DOWN, contra imágenes íntimas no consensuadas.

¿Será suficiente? ¿Quién decide cuándo una réplica es homenaje y cuándo es suplantación? Muy buena pregunta, ¿no creen?

Amazon, Google, Meta y X también han levantado la mano para seguir los pasos de YouTube.

Tal vez no veamos aún la avalancha de falsificaciones que muchos temían, pero el fenómeno ya está aquí, creciendo, confundiéndonos. Y si el futuro de la creatividad también depende de la autenticidad, entonces esta legislación es un primer paso. Uno necesario, sin duda.

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