MÉXICO.- Más de cuarenta organizaciones y comunidades mexicanas se pronunciaron este martes contra los proyectos de gas fósil promovidos por la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, argumentando que contradicen la promesa de una transición energética sostenible. En conferencia de prensa, alertaron sobre la construcción de 19 nuevas plantas termoeléctricas, además de la expansión de gasoductos y terminales de Gas Natural Licuado (GNL), que ponen en riesgo la salud de las comunidades y el medio ambiente.
De acuerdo con la investigación de Avispa Mídia, uno de los proyectos más preocupantes es el gasoducto Puerta al Sureste, ubicado en Veracruz, que amenaza los arrecifes de coral y ha generado resistencia entre pescadores y campesinos. También señalaron el Proyecto Saguaro, en Sonora, destinado a la exportación de GNL, cuya emisión de contaminantes equivaldría a las de Suecia y Portugal juntos. En Jalisco, habitantes de Juanacatlán se oponen a la termoeléctrica “La Charrería”, debido a la contaminación extrema que ya sufre la región del Río Santiago.
Las organizaciones advirtieron que esta infraestructura profundiza la dependencia de México con Estados Unidos, ya que el 90% del gas consumido en el país proviene de Texas. Además, criticaron la expansión de terminales de exportación de GNL, destinadas a enviar gas a Europa y Asia, señalando que su impacto no solo es ambiental, sino también social y económico, afectando comunidades costeras que dependen de la pesca y el turismo.
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El fracking fue otro tema central en la denuncia. Aunque en el gobierno anterior se prometió su prohibición, sigue siendo una práctica vigente en varios estados. Las organizaciones subrayaron que esta técnica de extracción de hidrocarburos requiere millones de litros de agua, un recurso que México ya enfrenta en escasez. “Es irresponsable permitir esta práctica cuando el país atraviesa una crisis hídrica”, sostuvieron.
Por todo ello, exigieron a la actual administración que retome un compromiso real con la transición energética, dejando de lado los proyectos de gas fósil y apostando por fuentes renovables. También pidieron la cancelación inmediata de los proyectos que amenazan a las comunidades y al medio ambiente, así como el cumplimiento de la prohibición del fracking, para evitar que México se convierta en una “zona de sacrificio” como ocurre en algunas regiones de Estados Unidos.
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