“Los emojis potencian la respuesta emocional en comparación con las palabras que representan”, así define el impacto de estas figuras digitales, un estudio realizado en 2019 por universidades colombianas.
El sucesor de los emoticones no es un elemento anecdótico en la comunicación, sino que es comunicación en sí misma, en ocasiones, sustituye a las palabras y el pasado 17 de julio fue su día.
Como en todos los elementos tecnológicos, su uso presenta un contraste entre el problema que resuelve y la distancia que genera entre los interlocutores, ya que sustituye el contacto cara a cara, así como la lectura de las expresiones corporales que forma parte fundamental en la empatía de la comunicación.
Fuera de ese debate, existen elementos interesantes sobre este fenómeno: el número total de emojis recomendados para el intercambio general -lista aprobada por el Consorcio Unicode-, asciende a tres mil 790.
Este año entrarán al mercado, en septiembre, ocho nuevos competidores: una cara con ojeras, una huella dactilar, una salpicadura de pintura, una verdura de raíz, un árbol sin hojas, un arpa, una pala y la bandera de la isla Sark.
¿Cómo o quién puede proponer un nuevo emoji?
Cualquier persona, técnicamente, puede sugerir un nuevo pictograma, con el envío de un documento de unas 10 hojas al Consorcio Unicode en el que explique qué es, ¿por qué se necesita?, acompañado de información que justifique la existencia de la figura o expresión, así como las razones por las que las personas lo usarían.
El proceso de análisis toma todo un año, tiempo durante el cual diversos subcomités determinan la viabilidad simbólica y gráfica.
Después de aprobado, el emoji deberá ser ajustado a las características de cada interfaz o dispositivo en el que se utilizará para que respete los parámetros con los cuáles fue creado.
Si te interesa el tema de los emojis y tienes uno favorito que quieras patrocinar, es posible haciendo el pago de 100 a cinco mil dólares con lo que recibirás un insignia digital.
Por cierto, ¿cuál es tu emoji favorito?
