MÉXICO.- Como su título indica, la historia de Xolita en el Templo Mayor (2022) tiene como escenario al monumento principal del Recinto Sagrado de Tenochtitlan. Esta novedad editorial narra el viaje de una niña, su familia y su mascota por los pasillos, los paisajes y la vida cotidiana de la capital mexica.
La publicación, coeditada por Almadía y Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi) AC, donará el total de sus ganancias para apoyar al Proyecto Templo Mayor, iniciativa de investigación que desarrolla la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al presentar esta novela, el investigador emérito del INAH, Eduardo Matos Moctezuma, la calificó como un auténtico viaje hacia la antigüedad prehispánica, ya que compagina su trama con una rigurosa escritura y un apego estricto a las fuentes históricas.
Reunido en el Alcázar del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, con las autoras de esta publicación, Mira Harp Grañén y María Isabel Grañén Porrúa, el arqueólogo, quien fungió como asesor de la obra e, incluso, es un personaje dentro de la misma, celebró que esta ya se encuentre a disposición de las y los lectores a nivel nacional.
“Leer este libro me reveló a dos personas sensibles, con un interés enorme en la naturaleza, la historia, la arqueología y la vida de los animales, especialmente los perros”, declaró Matos Moctezuma al evocar el papel que, en tiempos prehispánicos, se daba a los cánidos como acompañantes del ser humano tanto en la vida como en la muerte.
En Xolita en el Templo Mayor, durante una visita al Centro Histórico de la Ciudad de México, la niña Yiniza viaja a la época precolombina. Ella, su familia y su fiel mascota Pelusa –transformada durante dicho viaje en una extraordinaria xoloitzcuintle– recorren un camino lleno de aprendizajes.
A lo largo de 12 capítulos, la protagonista explora los confines de la cotidianeidad mexica: un día de tianguis, las ceremonias en torno a la comida, el ambiente en un juego de pelota, y, sobre todo, la importancia de los dioses para una sociedad que, en su tiempo, fue una de las más esplendorosas del mundo prehispánico.
Al hablar de la publicación y de su proceso creativo, la historiadora del arte María Isabel Grañén la calificó como una aventura de madre e hija, un acompañamiento mutuo que surgió durante la contingencia sanitaria y que se nutre de la mirada fresca de los niños, la cual, subrayó, “no se aleja del rigor académico, pero que sí lo combina con pasajes de diversión y escenas de misterio”.
Por su parte, Mira Harp Grañén, apuntó que, aunque la novela está pensada para público infantil y juvenil, es apta para lectores de todas las edades.
Cabe destacar que las ilustraciones del libro, hechas por los tlacuilos oaxaqueños Demián Flores y Sabino Guisu, están pensadas como recursos didácticos que pueden colorearse a fin de enriquecer la experiencia de las y los lectores.
Xolita en el Templo Mayor puede adquirirse en la red de librerías de Almadía y Adabi de México. Costo: 250 pesos.