MÉXICO.- México recuerda a Lola Cueto, a 45 años de su fallecimiento, artista mexicana que destacó en los campos de la dramaturgia, teatro, pintura, grabado y arte popular, quien ha sido considerada pionera del teatro guiñol en el México del siglo XX.
Lola fue reconocida principalmente por su trabajo en teatro, en especial con títeres y marionetas para niños. Germán Cueto, su esposo, tuvo la idea de crear marionetas y títeres cuando la pareja vivía en París y posteriormente ella continuó con esa labor.
María Dolores Velázquez Rivas, conocida como Lola Cueto, estudió en la Antigua Academia de San Carlos y, junto con David Alfaro Siqueiros, formó parte de la primera Escuela de Pintura al Aire Libre, además de ser una de las pocas mujeres que incursionaron en el arte en México, junto con María Izquierdo, Olga Costa y Helen Escobedo.
Aunque no montó muchas exposiciones de su obra plástica, fue descrita extensamente por la crítica de Paul Westheim y Jean Charlot. El Salón de la Plástica Mexicana presentó una exposición individual de su obra poco después de su muerte y en 2009 el Inbal organizó una retrospectiva de su obra: Lola Cueto: trascendencia mágica, 1897-1978.
Tras formar parte de las fundadoras de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), se dio a la tarea de crear los primeros muñecos guiñol y las primeras obras, como El ballet de marionetas, El renacuajo paseador, para la cual Silvestre Revueltas compuso la música. Este espectáculo realizó temporada en el Palacio de Bellas Artes, en 1940.
La mayor parte de su obra de teatro estuvo relacionada con la educación. Fundó las Compañías Rin Run, El nahual y El colorín, con las que realizó numerosas representaciones, tanto en zonas urbanas como rurales.
También tuvo gran interés en las artesanías mexicanas y el arte popular, que influyó notablemente en su actividad artística. En la década de 1920 sus primeros trabajos fueron el diseño y la elaboración de tapicerías durante su estancia en París, las cuales le valieron reconocimientos en exposiciones en París, Barcelona y Róterdam.
Entre sus creaciones destacan esculturas abstractas y también abordó la técnica del grabado a media tinta (mezzotint) característico por sus juegos de luces y sombras.