MÉXICO.- Nacido en una familia de artesanos textiles originarios de Contla de Juan Cuamatzi, Tlaxcala, Pedro Netzahualcoyotl Nava es heredero de técnicas ancestrales que, con dedicación y perseverancia, ha complementado con estudios para alcanzar la consolidación de su propio estilo, el cual lo ha llevado al pódium de premiación en varias ocasiones en tan solo ocho años.
Defensor de sus orígenes, el artesano recuerda que los primeros juguetes que tuvo fueron las canillas, lanzaderas e hilos con los que tejía sus sueños infantiles al calor del hogar donde sus padres le enseñaron los primeros pasos dentro de los textiles.
“Las lanzaderas eran parte de mi juego diario y de ahí es que inconscientemente empecé a adoptar el gusto por el taller sin darme cuenta de qué se trataba. Cuando empecé la primaria comenzó mi inquietud por saber qué hacían mis padres, pero fue hasta la secundaria cuando ayudé un poco más en el taller, como a pasar los hilos, canillas o hacer amarres de las piezas que ellos sacaban”.
Pedro Netzahualcoyotl estudió Ingeniería Industrial como primera carrera, pero su habilidad, gusto e inclinación hacia las artesanías lo llevaron a optar por la profesionalización de las técnicas artesanales a través de la Licenciatura en Arte y Tradición cursada en el Centro Morelense de las Artes.
La especialidad de Pedro es el sarape, porque para él representa una obra de arte que puede ser exhibida en los principales museos del mundo “al final, tiene toda la esencia artesanal que me encanta, sé que me falta mucha preparación para competir con cualquier arte ‘puro’ por decirlo así, pero creo que no demerita nada al ser comparada con una pintura o una escultura, porque reúne las características decorativas, utilitarias y culturales con procesos naturales amigables con el medio ambiente, llenos de tradición e identidad cultural textil del México central”.
El entrevistado afirma que para realizar un sarape respeta la iconografía de su zona, la fauna y la cosmovisión del universo, ya que está muy enfocado en la arquitectura de su zona y, actualmente, en la geometría las cuales le ayudan a inspirarse para sus diseños “te puedo decir que un sarape, en palabras de los expertos, es una pieza perfecta, tiene toda una composición perfecta, de un centro perfecto, con un marco perfecto y con el tamaño exacto. Te puedo decir que hasta el estado de ánimo tiene mucho que ver para su creación, por eso me llena mucho hacer un sarape por todo lo que interviene”.
El artesano comenta que su fuente de inspiración reciente y con la que ganó el primer lugar del Gran Premio Nacional de Arte Popular 2022, en la categoría de Textilería, en la rama de Lana tejida en telar de pedal o de cintura, con la pieza Sarape del siglo XVII, fue el arte mudéjar, cuyo estilo artístico se desarrolló en los reinos cristianos de la Península Ibérica.
“El año pasado me inspiré en el arte mudéjar porque en la escuela estaba viendo la historia de este estilo arquitectónico del cual me enamoré, así que me dediqué a buscar ese posible enlace entre lo mudéjar y lo tlaxcalteca, para lo cual me fui a platicar con antropólogos y profundicé mucho más en su historia para poder representar ese tipo de arte sin alterarlo”.
Narra apasionado que con quiénes platicó le dijeron claramente que tenía que abrir los ojos y aprender a observar más porque en realidad habitaba en una ciudad mudéjar “veía mi estado, pero no lo observaba, fue entonces cuando observé que es una ciudad de arcos, semi círculos y óvalos interpretado ahora por manos tlaxcaltecas”.
Ahora que su prioridad es la observación como su principal fuente de inspiración, asegura que en esa evolución ha aprendido a interpretar sus diseños por lo que afirma “me ha servido mucho para estar en el lugar donde estoy y eso me encanta”.
El artesano textil también obtuvo el tercer lugar en la edición 2020 del Gran Premio Nacional de Arte popular con un sarape del siglo XIX, elaborado en telar de pedal con urdimbre de algodón “en esta pieza tardé 10 meses, ya que la teñí con tintes naturales de grana cochinilla y palo de Brasil, fue un arduo trabajo, pero bien que valió la pena cada detalle”.
Asimismo, recuerda que en 2018 ganó el primer lugar del Concurso Nacional de Textiles y Rebozos, donde destacó con un sarape de lana pintado con palo de Brasil del siglo XVIII. “En ese mismo año también gané el primer lugar en el Gran Premio Nacional de Arte Popular 2018 con un sarape blanco con iconografía del siglo XVII, el cual pinté con tintas naturales extraídas del añil”.
Pedro Netzahualcoyotl tiene claro que los tiempos son perfectos y que cada pieza vale por el tiempo que le invierte, que hay ocasiones que uno le lleva más tiempo que otro, sin embargo, lo importante es disfrutar de los procesos porque al final del camino estará su recompensa.
“Antes me desesperaba mucho porque no podía crear en menos tiempo. Hoy me doy cuenta de que los tiempos son necesarios y las piezas valen por el tiempo que tardes. Me concentro tanto su elaboración que me enfoco en disfrutar todo el proceso sin detenerme a ver detalladamente hasta que la concluyo, y ahí es cuando digo ¿Cómo es que hice eso?”.