MÉXICO.- La erre es una de las letras más difíciles de pronunciar para los niños. Algunos nacen con condiciones fisiológicas que les impiden hacer el gesto bucal adecuado para pronunciar determinadas palabras y sonidos. Carlos, que cursaba los últimos años de primaria en la Escuelita de la Paz, presentaba rezagos en el lenguaje oral por esta situación.
Mientras hacía un voluntariado en el colegio del Barrio El Alto de Xonaca, Yadhi González Rosas tuvo la idea de inventar una canción: “Había un ratón / que tenía un carro / pero se descompuso / y tomó el ferrocarril”. Poco a poco, Carlos fue capaz de pronunciar los dos sonidos de la erre.
La estudiante de la Licenciatura en Literatura y Filosofía de la IBERO Puebla, apasionada de la escritura creativa y el baile urbano, recuperó la experiencia unos años más tarde para elaborar un cancionero para niños con rezago de lenguaje oral y presentarlo como proyecto de titulación.
“La canción favorece en que te da confianza y en que, a través de las letras y la música, puedes generar una mejor dicción para tu expresión oral”.
Milagrito, el compilado de composiciones de Yadhi González, está dirigido a niños de entre 10 y 12 años que presenten algún tipo de carencia en el habla, misma que es independiente al contexto socioeconómico. Según la autora, los menores de familias con mayores recursos pueden tener mayor confianza para comunicarse verbalmente, pero no están exentos de presentar deficiencias.
LA MÚSICA ES LA LLAVE
Diversos autores como Oliver Sacks han explorado los beneficios de la música en el desarrollo y recuperación de la actividad cerebral.
“Cuando la razón ya no es suficiente y las palabras bellas tampoco lo son, creo que pueden llegar a elevarse tanto que se conviertan en música. Eso es lo bonito”, celebra la joven respecto a la síntesis de sus dos áreas profesionales.
El nombre del libro no solo recupera la raíz etimológica de ‘milagro’ (asombrarse), sino que incorpora el sufijo ‘-grito’ para acentuar que, a través del canto, las personas son libres.
“Hay un grito dentro de nosotros que se puede convertir en música. O lo contrario, hay un silencio profundo que también se puede convertir en música”.
Carlos no fue el primer caso de un pequeño con carencias lingüísticas que Yadhi González conoció. Una de sus primas, a quien está dedicado el cancionero, nació sin paladar. Su historia y la del chico de Xonaca inspiraron a la autora a configurar un material didáctico cuyo objetivo es que los niños sean capaces de encontrar la musicalidad en lo cotidiano y usarla a su favor.
Parte del atractivo de Milagrito recae en la adaptación a los cánones actuales. Si bien cuenta con composiciones acústicas tradicionales, la recién egresada de la IBERO Puebla incorpora uno de los géneros más populares de la actualidad: el rap. “Intentaba ser un reto, que fuera invitar al niño a que no se trabara, a que fluyera en las rimas de manera perfecta”.
Así, junto a “El ratón conductor” se encuentra el tema “Invisible, invencible”. Con una letra con versos como: “Se escucha la brisa / rozando la hiedra / entre estas ramitas / mis ansias se enredan”, González Rosas busca capturar las ansiedades propias de crecer y convertirlas en un canto liberador, pues las letras tienen espacios en blanco para que los niños escriban sus propias rimas.
A DESTACAR
La propuesta editorial llamó la atención de Alas y Raíces, un programa de la Secretaría de Cultura dedicado a elaborar y difundir materiales para las infancias y juventudes. Actualmente, Yadhi González Rosas se encuentra en pláticas para distribuir una nueva versión de Milagrito y convertirse en mediadora de lectura.
El perfil profesional y aficiones personales de la joven literata le permitieron encontrar las coincidencias entre las habilidades de lenguaje y los caminos insospechados que elige el arte para marcar la vida de las personas. “No soy compositora. La música ha hecho de mí lo que ha querido”, reconoce entre risas.