MÉXICO.- El concepto afrodescendencia refiere al criterio de autorreconocimiento de la persona como descendiente de individuos provenientes del continente africano que llegaron a México durante el periodo colonial, de manera forzada o en libertad. También incluye a las personas de origen africano que llegaron con posterioridad al país.
Del total de la población de 0 a 11 años (25.2 millones) en México, 2% (427 mil) se declararon con autoadscripción afromexicana o afrodescendiente. De este grupo de personas, 51% (216 mil) son niños y 49% (211 mil) niñas. (Instituto Nacional de Geografía y Estadística, [INEGI], 2020).
Las comunidades afromexicanas han sido discriminadas e invisibilizadas no sólo por la sociedad, sino por los marcos jurídicos, los registros administrativos y las políticas públicas. Esto ha dificultado el reconocimiento y la garantía a sus derechos, sus identidades y la realización de sus proyectos de vida.
El Once presenta “diáspora”, relatos de las comunidades afromexicanas
Haberles incluido en los Censos Nacionales levantados por el INEGI, desde el 2015 con la Encuesta Intercensal, y ahora con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 ha permitido visibilizar a estas poblaciones, pues con esta información es viable generar políticas públicas que llevan a su inclusión en la esfera pública, política, económica y social.
Sólo 45.6% de quienes se reconocen como personas afromexicanas o afrodescendientes entre 15 y 17 años cuentan con educación media superior como el grado más alto aprobado (INEGI, 2020).
Mientras que 213,193 mujeres de 3 a 17 años, equivalente a 76.9%, cuentan con afiliación a algún servicio de salud (INEGI, 2020); lo que brinda un panorama sobre el contexto de los derechos sexuales y reproductivos de las niñas y adolescentes afro.
En la mayoría de las ocasiones nacer niña y ser adolescente mujer significa ser pobre, aún más cuando se es indígena o afrodescendiente, ya que aproximadamente 54% de la población infantil vive en pobreza extrema, en donde ocho de cada diez niñas y niños indígenas son pobres (Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, [CONEVAL], 2016).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió la Declaración del Decenio Internacional de los Afrodescendientes 2015-2024 “Reconocimiento, Justicia y Desarrollo”, que constituye un periodo de la historia en el que las Naciones Unidas, sus Estados Miembros, y la sociedad civil se suman a las personas afrodescendientes y adoptan medidas eficaces para poner en práctica el programa de actividades con un espíritu de reconocimiento, justicia y desarrollo.
“Nosotras las niñas” explora identidades de la niñez indígena y afrodescendiente
El programa de actividades reconoce que la Declaración y el Programa de Acción de Durban constituyen un marco amplio de las Naciones Unidas y una base sólida para la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y representan una nueva etapa en los esfuerzos de la ONU y la comunidad internacional por restablecer los derechos y la dignidad de las y los afrodescendientes.
Si bien se considera como un logro que las poblaciones y comunidades afromexicanas se visibilicen en el Censo poblacional, aún es una tarea pendiente escuchar a esta población, hacerles partícipes de la creación de políticas públicas y de marcos jurídicos que les protejan e incluyan de manera tácita.
En específico, es necesario que niñas, niños y adolescentes afrodescendientes se incluyan no sólo en los datos y el discurso, sino que se les reconozca plenamente como parte de la diversidad y composición multicultural del país, a la vez que se les garanticen y protejan sus derechos. Esto último a través del diseño de políticas que les tomen en cuenta, no sólo en sus desigualdades, sino también para darle su voz, de manera activa y atenderles.