PUEBLA, MÉXICO.- Una suerte de “pérdida de la inocencia” es la que la reconocida escritora y periodista Ángeles Mastretta podría haber tenido tras reconocer los índices de violencia que se viven en el mundo contemporáneo, así lo dejó entrever durante una conferencia que impartió en Puebla.
La noche de este viernes, Mastretta estuvo de visita en su ciudad natal para compartir mesa de diálogo con el escritor, psicoanalítico y docente de la máxima casa de estudios de Puebla, Juan Carlos Canales, en el primer día de actividades de la Feria Internacional del Libro (Fenali) BUAP.
La periodista ofreció su conferencia en el Salón Barroco del edificio Carolino, el mismo lugar donde años atrás recibió su título de Doctorado Honoris Causa y donde, este viernes, desde un par de horas antes los asistentes hicieron una larga fila para obtener un boleto de acceso para escucharla.
ESCRIBIR ES COMO MEDITAR
En diálogo con el locutor y director de El Territorio del Nómada, Mastretta narró una parte de aquellos acontecimientos en su vida que la llevaron a dedicarse a la escritura: desde su ingreso a la Universidad Iberoamericana y su salto a la UNAM, la primera beca que obtuvo, su fascinación por la ficción y su compromiso con las letras.
La ganadora del Premio “Rómulo Vallejos” por su libro Mal de amores, reveló que una de las grandes pasiones con las que creció fue la conversación: “antes de escribir conversaba”.
“Yo elegí escribir”, siguió narrando ante un público atento desde el foro físico y virtual, mismo que la escuchó comentar que entre las razones por las que siguió siendo escritor fueron por deber y por placer:
“Escribir es como meditar, es un momento a solas en el que estás contigo mismo aunque inventes, es una cosa que te lleva, en mi caso, te lleva adentro de ti y aunque estés inventando la vida de otro, estás contando la tuya y estás contigo. Yo creo que esa es la otra pasión que me mantiene escribiendo”.
PÉRDIDA DE LA INOCENCIA
Entre otros de los temas que abordó la autora del icónico título Arráncame la vida –que ha vendido más de 10 millones de ejemplares y con el que obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura (1986)–, fue el tema de la violencia, por lo que lamentó los altos índices criminales que se viven en el mundo contemporáneo.
“Una parte de la inocencia central que es mi vida, y que he ido perdiendo últimamente, es la de que la gente no es mala, es resultado de lo que les pasó”, compartió Mastretta frente a un auditorio lleno de gente atenta a cada una de sus palabras.
Y continuó: “Pero sí hay gente mala, ya nos estamos dando cuenta: hay gente que descabeza, hay gente que corta brazos, hay gente que tortura. Me da mucha pena hablar de eso, pero ese mal sí existe, yo no lo creía, creía que los habían tratado mal en su casa. No, hay gente a la que maltrataron en su casa y es buena. Bueno, no estábamos hablando de eso, ya no quiero hablar del mal”, completó la actual miembro del Consejo Editorial de la revista Nexos y autora de la columna Del Absurdo Cotidiano.