PUEBLA, MÉXICO.- Cocinar para los que ya no están, duele. Pero también se cocina con la ilusión de que los desaparecidos regresen, se sienten a la mesa y vuelvan a comer su platillo favorito.
Así es como Mirna Medina Quiñónez, integrante de Las Rastreadoras de El Fuerte y madre de Roberto Corrales, explica cómo en la cocina encontró confort y un ánimo de aliento para continuar en la búsqueda ya no sólo de su hijo, sino también de los más 90 mil desaparecidos que hay en México.
Y es que a decir de la madre sinaloense, la cocina evoca sentimientos, recuerdos e ideas de aquellos seres queridos que han sido víctimas de desaparición forzada y también, en su caso, de los que ya no están, pues luego de años de búsqueda encontró los restos de su hijo en una fosa clandestina.
Esos sentimientos y emociones de añoranza y esperanza quedaron impresos en el Recetario para la memoria de la fotógrafa española Zahara Gómez Lucini, un proyecto gastronómico, fotográfico y social que integra 30 recetas con las comidas favoritas de víctimas de desaparición forzada en el país.
El trabajo editorial publicado por Panorama, es un libro que reúne las recetas que compartieron con ella Las Rastreadoras del Fuerte en Los Mochis, Sinaloa:
“Es un homenaje para aquellos que ya no están y para quienes aún resistimos al olvido. Es un libro para aprender recetas nuevas, para convertir lo individual en colectivo, para alimentar nuestra memoria y nutrirnos de resistencia”, explica la autora.
La propuesta es abordar la ausencia no a partir de la desaparición de las personas, sino conectar con los desaparecidos desde ámbitos más humanos que convoquen a otros públicos, más allá de los familiares de víctimas, investigadores o periodistas, como mencionó la propia Gómez Lucini en entrevista para LEVIATÁN.
“Todo el mundo tiene un platillo preferido, todo el mundo tiene un recuerdo de cocina familiar. No tiene que ver con el nivel gastronómico ni con qué tan compleja es la receta, sino con una memoria gustativa que enlaza con el hogar”.
HILO DE RESISTENCIA
En su visita a Puebla para participar en la exposición rodante “Narrativas y memorias de la desaparición en México”, mencionó que desde antes del proyecto tenía una sensibilidad para con la cocina; no obstante “no hubiese pensado antes de lanzarme en esto que lo gustativo era tan evocador y de repente abría tantas puertas”.
Explicó lo complejo que fue hallar un modo de abordar la desaparición desde una narrativa nunca antes asociada al tema de manera formal, e incluso en un inicio no había calculado el alcance que tendría.
“No me había dado cuenta, cuando empezamos a proponerlo entre las rastreadoras y yo, que muchas de ellas no habían vuelto a cocinar ese platillo desde la desaparición de su ser querido. Entonces, esa vuelta a la cocina y esa sociabilización del platillo por mi parte no estaba calculado, no me había dado cuenta de ese alcance.
“Creo que tal vez eso es lo más impactante del recetario, ese proceso de que cada una de las que participó se armó de una valentía tremenda al volver a repetir ese platillo y a compartirlo conmigo, comerlo entre nosotros, y evidentemente, con la presencia de cada uno de los que ya no están”.
Al tratarse de temas “sumamente violentos”, consideró que tanto la sociedad como aquellos familiares y conocidos de víctimas de desaparición, feminicidio o cualquier otra violencia sistémica, deberían “traspasar la tristeza” porque “la tristeza produce apatía y la apatía no produce acción”:
“Creo que urge traspasar esa tristeza que conlleva el choque y al final nos deja inactivos, para proponer acciones de construcción y creo que ahí la cocina puede ser una opción”.
La activista española avecindada en México finalmente señaló que el Recetario para la memoria crea un “hilo de resistencia” incluso con personas que no están vinculadas a la temática de primera mano al animarse a cocinar los platillos favoritos pensando en alguien que no conocen.
A DESTACAR
La obra que reúne 30 recetas compartidas por familiares de personas desaparecidas en el norte de México, tiene un precio de 450 pesos más envío. El 50 por ciento de las ganancias es destinado al colectivo de Las Rastreadoras, y se puede pedir en ente enlace: https://www.recetarioparalamemoria.com/