PUEBLA, MÉXICO.- Aunque pueda pensarse que el grafiti es un tema de la historia contemporánea, esta manifestación cultural es tan añeja como la historia humana, asociada al arte rupestre, los petrograbados e incluso ya presentes en la época romana con vestigios en la urbe de Pompeya.
Así lo refirieron los investigadores y promotores culturales Miguel Ángel Junco Méndez y Humberto Reyes Méndez en el coloquio “Grafiti en el patrimonio cultural. Conceptos, actores y aproximaciones”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Surgidos para marcar la presencia de una persona en algún lugar, el grafiti es una manifestación social que busca delimitar un territorio o enviar un mensaje al observador para hacerle presente problemáticas de su entorno social que de otra forma no serían tan visibles, indicó el especialista Junco Méndez durante el evento virtual.
Al explicar los orígenes de esta manifestación, dieron otros “ejemplos antiguos de graffiti”, como en la mezquita de Santa Sofía en Turquía, donde hacia el siglo IX un vikingo grabó una inscripción en las paredes del templo con la leyenda “Halvdan talló estas runas”.
Otros más, los grafitis históricos en el Palacio de Palenque, Chiapas, dejados por numerosos viajeros como Désiré Charnay, quienes visitaron la actual zona arqueológica en el siglo XIX y a inicios del XX.
Siguiendo la línea del tiempo, el sicólogo Francisco Lugo Silva comentó que el graffiti no sólo conserva ese carácter que denota la presencia de alguien mediante la firma o el tag, sino también es un demarcador de regionalidades al interior de las poblaciones:
“Se caracteriza por estar al margen de las señaléticas convencionales, como podrían ser las nomenclaturas o las señales de tránsito, lo que por las mismas razones hace que se desenvuelva en la ilegalidad”.
El sociólogo Víctor Mendoza Olvera y la historiadora del arte Elia Espinoza López, consideraron la práctica como un acto performativo improvisado dadas las mismas circunstancias en las que se hacerse, a saber con un tiempo limitado y adaptándose a las condiciones de las superficies elegidas, a diferencia del muralista que selecciona cuidadosamente el espacio que intervendrá.
En el graffiti, concluyó Miguel Ángel Junco, existen características de calidad que no sólo se relacionan con lo estético sino también con las dificultades para crearlo, como el acceder, por ejemplo, a espectaculares o espacios como el transporte subterráneo.