PUEBLA, MÉXICO.- Unas 11 millones de personas en México podrían caer en la pobreza extrema en un escenario postpandemia, pasando de 9 a 20 millones de mexicanos en esta situación, de acuerdo con estimaciones de Laure Delalande, directora del área de Innovación de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
Al inaugurar el webinar “Pobreza en México: perspectivas del impacto de la Covid”, recordó que previo a la pandemia la situación no era muy alentadora, pues de acuerdo con el Coneval para el 2018 un 40 por ciento (52 millones) de la población estaba en situación de pobreza y 7 por ciento (9 millones) en pobreza extrema.
Lo anterior debido a la tasa crítica tasa de desocupación, pues según la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del Covid-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (Encovid-19), realizada por la Universidad Iberoamericana, el año pasado fue de 15.5 puntos (8.3 millones de desempleados), y a pesar de que tuvo una considerable recuperación en diciembre de 2020 cuando llegó a 7.1 (3.9 millones), hubo un ligero retroceso en marzo de este año cuando repuntó al 7.3%, es decir 4.3 millones de personas desempleadas, siendo las mujeres quienes presentan las tasas más altas en este monitoreo.
Graciela Teruel, del EQUIDE Ibero, expresó que los apoyos recibidos del gobierno no están repartidos de forma desigual, ya que 3 de cada 10 personas de niveles socioeconómicos altos recibe algún programa social, mientras que en los niveles bajos, solo 5 de cada 10 lo reciben.
MUJERES, MÁS DESFAVORECIDAS POR EL DESEMPLEO
Desde el PNUD, Annabelle Sulmont enfatizó que el estudio “Madres trabajadoras y el Covid-19” evidenció el incremento de la brecha de desigualdad entre el trabajo remunerado entre mujeres y hombres.
La especialista indicó que México ocupa el penúltimo lugar en participación femenina en el mercado laboral de toda América Latina y el Caribe, constatado así ya que en el contexto pre Covid-19 había una tasa de más baja que la de los hombres: 40.5 contra 73.3 por ciento.
“Vemos que la presión laboral es insostenible. Si bien estos factores son estructurales, se han agudizado con la pandemia (…), son factores que reducen drásticamente el acceso a un trabajo de calidad, a un trabajo formal con un salario digno para las mujeres y las hace más propensas a caer en situación de pobreza que los hombres”, puntualizó.
Rodolfo de la Torre compartió que algunas consecuencias de la pandemia son la reducción de la esperanza de vida, que podría caer hasta un año, la escolaridad en 0.7 años y el ingreso bruto de las personas podría reducirse más de 9 por ciento.
El integrante del Centro de Estudios Espinosa Yglesia propuso tres acciones para enfrentar futuras crisis: apoyos oportunos a la población más pobre y a las pequeñas empresas, que son fuentes de trabajo; dar apoyos semejantes para la recuperación económica; y la reactivación cuando las restricciones a la actividad productiva se hayan reducido.
