- La obra se puede conseguir en la página oficial de Dharma Books + Publishing, en este enlace: https://bit.ly/3vhpR9U
PUEBLA, MÉXICO.- En un ambiente de nostalgia, entre antiguas salas de cine, rollos fotográficos, viejas proyecciones de películas y el comienzo del Internet hacia los años 80, es donde se desarrolla Los nombres de las constelaciones, la nueva obra del narrador mexicano Daniel Espartaco Sánchez, quien ha declarado que “es el libro más bello que he publicado hasta el momento”.
Editado por Dharma Books, se trata de dos relatos dentro de una novela corta, en una concatenación de historias donde el personaje Espartaco transita en atmósferas entre la soledad, desamor, fatalidad, pérdida e incertidumbre, y donde la trivialidad y la banalidad toman relevancia al poner atención para demostrar que “de ilusiones también se vive y se puede empezar por mirar las constelaciones”.
El autor explicó durante la presentación virtual del texto que, a pesar de ser una novela corta, fue un libro que tardó muchos años en realizar pues, aunque está alejada de ser una historia autobiográfica sí fue muy personal, por lo que tuvo que regresar a reescribirla y ficcionalizar esas partes íntimas que estaba experimentando.
“No son textos autobiográficos si bien hay cosas que pudieron haber estado como un punto de partida, siempre uno tiene que las cosas convertirlas a otra forma porque sino sería más aburrido trata de aferrarse a lo que sucedió realmente, por no decir que es imposible”.
En cuanto al título, mencionó otros nombres que se habían pensado pero que al final fueron descartados, como “Helbot” o “La maldición del Escorpión Dorado”, pero al final se decidió El nombre de las constelaciones por una experiencia de niño cuando le enseñaron las posiciones astronómicas, las cuales refirió como “conocimientos inútiles”.
“Cuando eres niño y nerd ese tipo de cosas te llaman la atención, y cuando creces la vida te da toda clase de golpes como decepciones amorosas, desempleo (…), conocimientos inútiles que para qué quieres saber, ya no se valoran como hace cien años”.
No obstante, fue un detalle muy relevante en la narrativa de la obra, pues adelantó que “a lo largo de la segunda parte (Espartaco) quiere acordarse de los nombres de las constelaciones y no puede acordarse porque no le da, y al final hay una escena donde tiene una visión de las constelaciones, para nada sublimes todo lo contrario, pero finalmente las reconoce”.
EL PAISAJE COMO PERSONAJE
El también autor de Memorias de un hombre nuevo, señaló que el paisaje como personaje fue muy interesante de involucrar, pues ello es lo que ayudó a determinar a los personaje, “es muy importante tenerla, tener paisajes es como decorar tu casa”.
Por su parte, el editor Nicolás Cuellar destacó el carácter musical del texto al referir “es el libro hecho música” sobre una playlist disponible en Spotify para la editorial que lanzó el libro en febrero de este año.
“La música es algo que nos acompaña mientras escribimos a veces como detonador. Cuando la estaba escuchando estaba fascinado con esta idea de cosas que tenían que ver con el espacio, extraterrestres y ese tipo de cosas nos ayudan de alguna manera a plantear el escenario”.