PUEBLA, MÉXICO.- La protección de la cultura y de los elementos que generan identificación con el contexto, son valores que permiten que un grupo social estrecha lazos con sus semejantes y con su contexto social, aseguró el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.
Lo anterior al inaugurar el foro “Innovación, reestructuración y conservación del patrimonio”, el cual, dijo, se desarrolla principalmente para reflexionar en torno a las afectaciones que dejaron los sismos en 2017.
Acompañado por el delegado del Centro INAH Puebla entre otras autoridades estatales, recalcó que los desastres naturales que tuvieron lugar el 19 de septiembre de hace ya cuatro años, dañaron severamente no sólo el patrimonio, sino también la vida de muchos mexicanos y sus familias, sus vivienda y el patrimonio cultural.
En el evento organizado por el Centro INAH Puebla, la Secretaría de Cultura del estado y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Puebla, y transmitido en línea, Prieto Hernández también mencionó que circunstancias tan compleja como la pandemia de Covid-19 debe llevar a reflexionar sobre temas como los valores, los significados, símbolos que se deben conservar, recrear y mantenerse.
“La ciudad será siempre aspiración de perfección y por lo tanto debemos hacernos cargo de atender los graves problemas no sólo de la conservación, sino también de la convivencia, el ordenamiento, la solidaridad y la equidad que debe de prevalecer en las ciudades que hacemos”.
El deterioro, abundó, es un fenómeno ineluctable de cualquier ser y de cualquier ente u objeto que exista en el universo, por lo que los seres humanos procuran integrarse al medio de la búsqueda de la supervivencia como individuos y como especie, y de la preservación de los vínculos que permiten ser y estar en el mundo.
Es por eso que en el país las labores de protección y conservación del patrimonio cultural tienen una gestación de larga data, desde finales del siglo XVIII, cuando todavía era territorio de la Nueva España previo a la consumación de la independencia de México, hacia finales de 1790.
En ese entonces, explicó, aparecieron dos piedras que fundacionales para la identidad de los mexicano: la piedra del Sol y la Coatlicue en la plaza mayor de la Ciudad de México, ambas un hito que marca la configuración de una identidad cuyos referentes fundamentales tienen que ver con las culturas, las civilizaciones, las ciudades que florecieron en el territorio de México y que todavía se expresan en la presencia viva y en la exigencia de inclusión, justicia y pluralidad de los pueblos originales de este país.
Diego Prieto apuntó durante la conferencia virtual desde el Museo de Santa Mónica que el foro también se desarrolla en el marco del bicentenario de la consumación de la independencia, de los 200 años de vida independiente del país, lo cual debe llevar a reflexionar sobre el cuidado, el reconocimiento y valoración de los referentes simbólicos de la identidad mexicana.
En el mismo tenor, Francisco Solares Alemán, presidente Nacional de la CMIC, destacó el simbolismo que tiene este encuentro, organizado también en torno a otras fechas importantes como los 490 años de la fundación de Puebla, los 500 años de la caída de Tenochtitlán, y el Día Internacional de los Museos y Monumentos Históricos.
“La trascendencia de lo que hoy se va a platicar, un honor que nosotros los constructores podamos estar presentes ayudando, poniendo nuestro granito de arena en esta labor de preservar nuestro patrimonio y sobre todo conservar la identidad y el orgullo que tenemos los mexicanos”.