PUEBLA, MÉXICO.- “La música como lenguaje es una cosa que trabajo desde la improvisación, lo más importante del arte es comunicar, independientemente del género. Acortar la distancia entre lo que piensas y cómo lo recibe el oído, ése es el non plus ultra del improvisador, ser lo más claro posible” aseguró en entrevista para LEVIATÁN Chen Quintero, guitarrista de Agua dulce, que el pasado viernes 19 de marzo estrenó su disco Música tranquila para tiempos violentos.
AGUA DULCE
“Esta banda —dijo— comenzó como un pretexto para tocar la guitarra de manera profesional en el circuito de jazz de Guadalajara, ya que originalmente soy saxofonista, con este instrumento he desarrollado toda mi carrera y, aunque la guitarra fue mi primer amor, quise hacerlo ahora de forma profesional y para ello había que hacer primero una banda. Luego de esto, fue reunirme con algunos amigos como el baterista y compositor Eric Hernández. Así fue como empezamos a jamear, luego de eso se unió el bajista Juan Manuel Ayala, a quien considero el mejor bajista de la ciudad”. La integración de Terry Townson se dio porque Chen toca el sax con él en su quinteto, así que de inmediato se dio cuenta que a su música le hacía falta el sonido intenso y profundo que tiene Terry. Agregó que a Townson lo valora, principalmente, como amigo. “Es un músico increíble, pero es una persona generosa, con mucha sabiduría y, aunque es muy reservado, cuando te acercas con actitud de aprender, está abierto a compartir lo que sabe no sólo de la música sino de la vida, así que es un gran honor contar con su música y su amistad. Una muestra es que, aunque en esta agrupación las composiciones son mías, él se deja dirigir, pone todo de su parte para que suceda la música”.
EL PROCESO
Sobre el proceso creativo el también saxofonista comentó que luego de verse envuelto en una vorágine de pensamientos en medio de la pandemia, comenzó la idea de crear un espacio donde pudiera estar en paz con el mismo.
“Fue un proceso muy distinto porque me tocó componerlo en mi casa, sin los músicos cerca, únicamente la computadora y la guitarra, sin la experiencia de tallerear o bueno, de otro modo, a distancia. Por ejemplo, el baterista Eric Hernández me compartió una melodía, un esbozo de la armonía en papel que se convirtió en ‘AirKics’. Siento que este proceso fue muy diferente; sin embargo, algo que tuve en mente fue realizar música como terapia, para crear en el día a día un lugar donde yo pudiera estar tranquilo versus esta vorágine de pensamientos horribles que sucedieron durante el principio de la pandemia y que nos llenó a muchos de frustración”.
Sobre la producción de este álbum, agregó que mucha de la producción la realizó al lado del músico y productor venezolano José Chacón, quien le ayudó con algunas inseguridades en el ámbito de la guitarra. “Respecto de la comunicación con los músicos fue por medio de un intercambio digital —dijo—, ya que una cosa ventajosa que nos trajo la pandemia fue la de trabajar en línea, a un clic de distancia. Fue un trabajo de 15 días de aislamiento y con muchos cuidados que incluyó dos live sessions”.
Respecto de algunas imágenes que proporciona el disco, el compositor compartió que, debido a su gusto por los viajes en motocicleta, se dio cuenta de que los espacios que le creaban paz durante estos momentos duros de pandemia eran aquellos en los que hay un lago, un río o riachuelo de agua dulce y de ahí viene también la idea del nombre de la agrupación.
“El ser humano puede estar sin comida un tiempo, pero el agua dulce es vital. Todo lo que he compuesto y que tocamos en esta banda está inspirado en un espacio de paz: la naturaleza, lugares como ‘Un día como ayer’, ‘Bosque’, ‘Expectativas’, ‘Magia’, ‘Días de Lluvia’ y ‘Nostalgia’. La música como lenguaje es una cosa que trabajo desde la improvisación, lo más importante del arte es comunicar, independientemente del género. Acortar la distancia entre lo que piensas y cómo lo recibe el oído, ése es el non plus ultra del improvisador, ser lo más claro posible.”
Además, dijo que el disco es un viaje continuado, una narrativa completa, “durante el disco intenté que todos podamos seguir el mismo tema, la creación de un lugar en dónde poder sentirse tranquilo en medio de todo este caos. La composición ‘Por la playa’ tiene una historia muy visual, una caminata por una playa de Jalisco y en esta búsqueda de lugares de paz, me botó el recuerdo donde el plancton luminiscente de la playa, aquella tarde, me brindó un brillo morado precioso que en cada paso dejaba ver una humedad brillante, como si mis pasos fueran iluminándose una vez que pasaba por ahí. Siempre he pensado en el arte como denuncia, para decir qué es lo que está bien o mal, pero a veces olvidamos también que tiene el poder para construir la realidad, espacios, un lugar en donde estar en paz”.
Algo que llama particularmente mi atención es que, a pesar de que compusiste el disco con guitarra, todos los instrumentos mantienen un mismo nivel de protagonismo ¿cómo hiciste para crear ese balance entre trompeta, guitarra, bajo y batería?
“Yo creo que la música la concibo como una orquesta, cuando se trata de instrumentistas siento que se pierde el mensaje real, en este disco traté de ser parte de la orquesta. Lo importante es la conversación, ese mensaje de comunicación en la música improvisada”, concluyó.
EL APUNTE
El 19 de marzo salió el disco Música tranquila para tiempos violentos en más de 50 plataformas digitales, entre ellas, BandCamp, Spotify, Deezer, Itunes y Amazon Music.
Agua dulce se presentará en el XI Encuentro de Jazz Centro Occidente Aguascalientes 2021 el próximo sábado 27 marzo a las 20 horas, la transmisión será virtual a través del Facebook del Instituto Cultural de Aguascalientes.